Debido al odio que el gobernador tenía contra Vane, fueron indultados sin muchas objeciones.
Rackham invirtió en ella muchas de las riquezas que había conseguido durante sus saqueos y pillajes.
Para evitar que Bonny fuese castigada, la pareja convino en hacerse con una tripulación y robar un balandro propiedad de un marinero llamado John Ham.
Es probable que coincidieran en prisión con su antiguo capitán y socio Charles Vane, quien también había sido apresado por los británicos tiempo atrás.
Tras ser ahorcado él y sus hombres, el cuerpo del capitán pirata fue embreado y encerrado en una jaula para exhibirlo hasta la completa putrefacción en uno de los cayos de Port-Royal, que se empezó a conocer desde entonces como "Cayo Rackham".