Casa de contratación

Registraban todas las mercaderías que circulaban entre ambos continentes e intervenían en los juicios comerciales.

Cuando las exigencias del comercio eran exiguas y la contratación no pasaba de una esfera limitada, dichas reuniones podían celebrarse en cualquier punto, bajo cualquier forma, sin aparato y sin otras condiciones que las precisas para satisfacer su poco importante objeto.

Cuando, ensanchada la esfera del comercio, fue preciso facilitar la contratación, simplificar las fórmulas de esta y regularizar todos los actos (poniendo en continua y diaria relación a las personas dedicadas a ellos), las reuniones debieron celebrarse en algún sitio público con fórmulas determinadas para el caso y con ciertas condiciones que cumpliesen con estos fines más complejos.

Existía además un cuerpo con el nombre de colegio de mercaderes en que solo eran admitidas personas hábiles y prácticas en el comercio que acreditaran hallarse en actual ejercicio de esta profesión, proceder de linaje limpio y haber nacido en Cataluña cuyas calidades debían aprobarse por los cónsules para que pudiera concederse la inscripción en la matrícula por el ayuntamiento a quien estaba reservada esta facultad en junta con los treinta comerciantes que formaban parte del gran Concejo municipal.

Ya no eran estos establecimientos especiales contraídos a su objeto: los comerciantes, formando corporaciones con su fuero, con sus privilegios y prerrogativas, se reunían en algún punto de la antigua casa de contratación convertida en consulado.

Lonja de mercaderes de Zaragoza.
Lonja de mar de Barcelona, edificio neoclásico en el emplazamiento en que se encontraban las antiguas.
Archivo de Indias en Sevilla, antigua Casa Lonja, sede del Consulado de Cargadoras a Indias, dependiente de la Casa de la Contratación.