Hipólito Bouchard

En 1799 se puso al servicio de la marina francesa contra los ingleses, iniciándose así en la dura vida del mar.

Liberal y antimonárquico, rápidamente se inclinó hacia la causa independentista argentina poniendo sus conocimientos navales a disposición de la Revolución, siendo nombrado por el gobierno segundo comandante de la recientemente creada flota nacional argentina, liderada por el maltés Juan Bautista Azopardo.

Los hermanos Brown arribaron a la isla el 28 de diciembre, mientras que la Halcón lo hizo un día más tarde.

El 13 apresaron la fragata Gobernadora, donde encontraron al teniente coronel Vicente Banegas, oficial del Ejército Republicano de Nueva Granada, quien se sumó a la plana.

Al día siguiente decidieron partir hacia el norte, en busca de la boca del río Guayas.

En ese momento los oficiales de la goleta, inducidos por la tripulación, decidieron desobedecer a Bouchard y cambiaron el rumbo hacia las islas Galápagos.

Por último, se instalaron dos hornallas a bordo, para calentar las balas encadenadas utilizadas para romper los mástiles e incendiar el velamen.

Esta tarea no era sencilla, ya que Bouchard se había ganado la fama de hombre duro.

Todo su mundo giraba en torno a la piratería que regulaba su economía, sus fuerzas militares y su vida social.

Bouchard comenzó a tomar barcos que se encontraban en la zona, siempre manteniéndose alejado de la artillería española.

[6]​ Los habitantes comenzaron a desesperarse, ya que los precios de las mercaderías se habían duplicado y hasta triplicado.

El resto pudo ser rescatado por los botes de Greissac y Van Buren, que regresaron a la fragata.

El corsario argentino puso al mando a Greissac y Oliver, que dirigirían una tripulación de 35 marineros.

Continuando su navegación, llegaron al extremo norte de la isla y capturaron un pontín que llevaba el Real Situado a las islas Batanes.

[8]​ Pero debido a los fuertes vientos, solo hubo tiempo para el envío de un oficial y ocho marineros para que tripularan la embarcación.

Bouchard decidió perseguir la fragata, que pronto tuvieron a la vista porque la falta de viento la había clavado en el mar.

Una vez remolcada, Bouchard envió hacia la Santa Rosa al capitán Sheppard junto a 200 hombres armados con fusiles y lanzas.

Debido al cansancio que sufrían los hombres, tras remolcar la fragata y remar hacia la corbeta, Sheppard decidió no atacar de noche.

Sin embargo, debido al calado de la fragata, no podía acercarse lo suficiente como para abrir fuego.

Bouchard debió entregar un prisionero, "el borracho Molina, del que se hubiera librado la provincia a cualquier precio...

El 20 de diciembre zarpó hacia la bahía Vizcaíno, donde reparó los buques y les dio descanso a sus hombres.

Al llegar, envió un bote con un oficial para reconocer el lugar, observando la cantidad y calidad de los buques que allí se encontraban.

Tras enviar a un oficial para reconocer el puerto, este le informó que había naves relevantes para abordar.

La embarcación avanzó contra la Santa Rosa, cuya tripulación estaba compuesta por inexpertos marineros hawaianos y pocos artilleros.

En ella solo se encontraban Bouchard, Espora y unos pocos marineros, por lo que su toma no resultó una tarea difícil.

Para inclinar la voluntad del Director a su favor, Echevarría le expresó que renombraría al lugre como General Rondeau.

Sin embargo, al no disponer de tiempo y medios suficientes para rearmar las embarcaciones, Bouchard decidió utilizarlas como transporte.

Sin embargo, Cochrane no lo intentó, probablemente al notar lo bien armada que se encontraba la nave peruana.

Posteriormente continuó en aguas peruanas al mando de la Santa Rosa, ya que La Argentina había sido vendida como leña.

Lewis Winkler Bealer en su pormenorizado estudio sobre "Los corsarios de Buenos Aires" solo consigna una breve publicación originada en un súbdito inglés obligado a permanecer en Manila durante el bloqueo.

Juan Martín de Pueyrredón , a cargo del gobierno argentino, le brindó un importante apoyo a Hipólito Bouchard.
La acción contra los barcos negreros se basó en la posición del país frente a la esclavitud, según la libertad de vientres decretada por la Asamblea del año XIII .
Bouchard decidió navegar hacia las Filipinas , atravesando el estrecho de la Sonda.
Puerta del Fuerte de Santiago, en Manila .
Foto satelital de la isla de Hawái.
El rey Kamehameha I.
Costa de Santa Bárbara, en California.
Thomas Cochrane encarceló a Bouchard bajo cargos de piratería .
Inhumado inicialmente en el Panteón de los Próceres de Lima . Argentina solicita su repatriación y en 1963 sus restos son transportados por el crucero “La Argentina” que, en viaje de instrucción, lleva a los nuevos oficiales de la Armada Argentina por varios lugares que Bouchard recorrió entre 1817 y 1819. Los restos de Bouchard fueron recibidos por las más altas autoridades argentinas y depositados temporalmente en el Panteón del Centro Naval del cementerio de Chacarita, hasta tanto se erigiera un mausoleo destinado a recordar su memoria.