Esta cofradía tenía principios sociales igualitarios y sede en la isla de la Tortuga.
Sus principales enemigos eran los españoles, a quienes saqueaban por mar y tierra.
Perseguidos, exiliados y desarraigados, estos piratas fundaron esta cofradía.
Además había numerosos aventureros, esclavos blancos y negros fugitivos, prisioneros huidos.
Sus miembros elaboraron leyes orales que fomentaban la libertad de su propia sociedad:[1][2] En Chile, y en otros países, se han desarrollado clubes que rememoran a la Cofradía.