Ambos unían sus propiedades, luchaban juntos y se cuidaban el uno al otro en caso de enfermedad.
[4] El matelot era la pareja sexual más débil, más joven o con menos recursos económicos —usualmente eran criados, varones que vendían sus servicios por una cantidad concreta de años o esclavos comprados—.
[5] Aunque las prácticas homosexuales eran comunes entre los piratas y bucaneros,[6] no siempre un matelotage implicaba una relación de esa índole.
La costumbre de los piratas y bucaneros por usar apodos en vez de sus nombres reales, en especial a su llegada al Caribe, tenía como fin el permanecer anónimos frente a la sociedad europea, ocultar sus actividades piráticas, prácticas y preferencias sexuales como el matelotage.
Por ejemplo, en la isla de La Española, solo aquellos varones que trabajaban en las plantaciones y estaban casados con mujeres utilizaban sus nombres reales.