Esos corsarios eran descendientes de los northmans (hombres del Norte) y estaban organizados como una cofradía o gremio.
Los piratas pudieron ejercer de este modo su profesión sin gran peligro, ya que los Estados escandinavos apenas tenían marina (la guerra marítima era casi desconocida en aquella época) y, por otra parte, las ciudades costeras no estaban suficientemente fortificadas.
Su principal enemigo naval en 1392 era la poderosa ciudad hanseática de Lübeck, que apoyaba a Dinamarca en la guerra.
Salvo Lübeck, la Liga Hanseática apoyó inicialmente a los Hermanos de las vituallas.
Durante varios años, los Hermanos de las vituallas fueron desde 1392 una gran potencia en el mar Báltico.
Tenían puertos seguros en las ciudades de Rostock, Ribnitz, Wismar y Stralsund.
Desde 1395 en adelante, la reina Margarita se impuso políticamente, uniéndose a Dinamarca, Suecia y Noruega para formar la Unión de Kalmar.
La Liga Hanseática estaba obligada a cooperar con ella, presagiando su declive final.