Vellocino de oro

El vellocino de oro (en griego antiguo: Χρυσόμαλλον δέρας, Krysómallon déras, lit. 'piel de vello dorado'; en georgiano: ოქროს საწმისი, oqros satsmisi) era, en la mitología griega, el vellón o zalea del carnero alado y de lana dorada —crisómalo[1]​ (Χρυσόμαλλος, Krysómallos)—, que rescató a Frixo y lo llevó a la Cólquida, donde Frixo lo sacrificó después a Zeus.

La historia es muy antigua y circulaba ya en la época de Homero (siglo VIII a. C.).

Néfele o su espíritu se apareció ante los niños con un carnero alado cuya lana era de oro.

Colgó la piel del carnero de un árbol (en varias versiones un roble) consagrado al dios Ares, donde fue guardada por el dragón de la Cólquida, que nunca dormía y cuyos dientes podían transformarse en soldados cuando eran plantados en la tierra.

Así, por ejemplo, se ha sugerido varias veces que la historia del vellocino de oro significaba la llegada de la ganadería a Grecia desde el este, o que aludía al trigo dorado o al sol.

La relación del oro con el púrpura es por tanto natural y ocurre frecuentemente en la literatura.

Los vellocinos se colgaban entonces en los árboles para secarlos antes de sacudirles o peinarles el oro.

Jasón regresa con el vellocino de oro en una crátera roja de Apulia , ca. 340 - 330 a. C.
El toisón de oro.