Lope de Aguirre

Melchor Verdugo y Lope de Aguirre huyeron a Nicaragua embarcando en Trujillo con 33 hombres.

El juez no tuvo en cuenta las razones de Aguirre y su defensa, que argumentaba que era hidalgo de buena familia, y fue sentenciado a ser azotado públicamente.

Finalmente, Aguirre consumó su venganza en la biblioteca de la mansión del magistrado en Cuzco.

Aguirre fue condenado a muerte por este asesinato; sin embargo, huye y logra refugiarse en Tucumán.

Fue perdonado en 1554 por Alonso de Alvarado, que reclutaba tropas para combatir al encomendero rebelde Francisco Hernández Girón.

Participó en la batalla de Chuquinga resultando gravemente herido en el pie derecho, lo que le provocó una cojera permanente, y sus manos resultaron quemadas al disparar un arcabuz defectuoso.

Pensaba que era la forma de alejar del Perú a los numerosos soldados y mercenarios que, pobres y/o resentidos tras las recién acabadas guerras civiles, pudieran causar nuevamente problemas o alterar el orden ahora vigente.

Entre ellos figuraban Lope de Aguirre y su joven hija mestiza, llamada Elvira.

Ursúa dio pábulo a la desconfianza porque solo pensaba en su amante mestiza, Inés de Atienza.

Aguirre y sus hombres alcanzaron el océano Atlántico, causando estragos entre las poblaciones nativas a su paso.

A esto se añade que la coincidencia del fenómeno de la marea observado por los cronistas cuando llegaron al pueblo de los aruaquinas solo se da en el curso bajo del Amazonas.

Aguirre hizo presos al gobernador y a miembros del Cabildo.

El conquistador Juan Rodríguez Suárez le sale al encuentro con cuatro soldados más para emboscarlos y terminar con los insurrectos, pero los indios que le seguían los pasos los cercan y después de tres días de lucha, dan muerte a Rodríguez Suárez y a sus acompañantes.

Muchas novelas, sobre todo del siglo XX, tienen a Lope de Aguirre como protagonista.

Entre ellas se encuentran: En teatro se destacan: En música la obra más importante es El tirano Aguirre (oratorio profano para 4 voces solistas, coro y orquesta) del compositor venezolano Evencio Castellanos y libreto del escritor venezolano Isaac J. Pardo, ganadora del "Premio Nacional de Música” de 1962.

Pedro de Ursúa (en una miniatura del siglo XVI ).