[3] Históricamente, el anticlericalismo en las tradiciones cristianas se ha opuesto particularmente a la influencia del catolicismo.
[5] Muchos clérigos fueron asesinados, y gobiernos revolucionarios franceses intentaron poner a sacerdotes bajo el control del Estado haciéndolos empleados.
De acuerdo con el Pew Research Center, varios estados comunistas y postcomunistas son actualmente practicantes del anticlericalismo político, entre ellos Uzbekistán, Azerbaiyán, Kazajistán, Tayikistán, Kirguistán, Turkmenistán, Vietnam, China y Corea del Norte.
Surge como respuesta a la existencia de un clericalismo integrista o poder teocrático sustentado por una casta sacerdotal.
En un sentido estricto, el anticlericalismo es un laicismo combatiente y activo que trata de mantener toda convicción religiosa dentro del ámbito o esfera personal e individual.
En la India lo representan las tres escuelas nástika; en el islamismo, las doctrinas laicistas de Mustafa Kemal Atatürk.
En 1231 la nueva institución tenía ya ropaje jurídico, que fue sancionado por el papa Gregorio IX en febrero de ese mismo año.
Fue Maquiavelo quien postuló por primera vez que la Política era una realidad ajena de toda Moral, separando claramente Estado e Iglesia.
Los momentos más anticristianos coincidieron con el Terror de Robespierre, aunque después Napoleón optó por llegar a un acuerdo o concordato; "Cada cura me ahorra diez policías", se cuenta que dijo.
Hay quien sostiene este como un movimiento anticlerical, aunque refleja formas más próximas al laicismo.
Pese a la represión ejercida por el Santo Oficio, es posible encontrar anticlericalismo soterrado en el Refranero popular, en piezas teatrales como El diablo predicador de Luis Belmonte Bermúdez, a veces prohibido, y ciertamente en la obra perdida del paremiólogo frey Miguel Cejudo, que se ignora si se perdió por la censura o porque no pudo sencillamente escribirse de lo nefanda que era o el peligro que daría estamparla, como este mismo autor escribió en su epitafio: Durante el siglo XVIII, aún activa la Inquisición, algo de anticlericalismo hay en la Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias zotes del padre José Francisco de Isla, prohibida por esta; es expulsada la Compañía de Jesús por Carlos III y el futuro afrancesado Luis Gutiérrez compone la famosa y también prohibida novela anticlerical Cornelia Bororquia.
La última ejecución por herejía en España se produjo en 1826, cuando el maestro de escuela Cayetano Ripoll fue ahorcado porque en los rezos escolares reemplazó la palabra "avemaría" por "loado sea Dios".
Se desató el frenesí asesino a las cuatro de la tarde y la multitud fue recorriendo los conventos sin que las tropas interviniesen para impedirlo.
No se pudo demostrar que detrás del motín se hallaban los liberales más radicales, muchos de los cuales terminarían momentáneamente en la cárcel, siendo finalmente absueltos; y la motivación era su impaciencia con el Gobierno del Estatuto Real, que no colmaba sus aspiraciones, especialmente la desamortización y la recuperación de las tierras compradas durante el Trienio Liberal y retornadas por Fernando VII a sus antiguos dueños.
La Iglesia española, sin embargo, estaba dividida, y, por ejemplo, apoyó a la República en el País Vasco.
Asimismo la crítica a los clérigos atraviesa toda la literatura francesa (Rutebeuf, Béranger, Rabelais, La Fontaine) con “sus frailes y canónigos rubicundos, licenciosos, codiciosos, muy alejados, en definitiva, del ejemplo evangélico que se suponía debían seguir”.
[19] Cuando el Papa Pío VI tomó partido en contra de la revolución en la Primera Coalición (1792-1797), Napoleón Bonaparte invadió Italia (1796).
Cuando los ejércitos napoleónicos entraban en un territorio, los monasterios eran a menudo saqueados y la propiedad de la Iglesia secularizada.
El ministro del Interior, François Guizot, él mismo protestante de Nimes, ordena a los prefectos reprimir estos abusos: "La libertad religiosa debe ser completa y su primera condición es que ninguna religión sea insultada".
Este ‘activismo’ provoca, en reacción, el anticlericalismo, sobre todo porque los republicanos se hacen cada vez más sensibles al auge católico”.
En uno de ellos se decía: “el desenfreno, la holgazanería, la intolerancia, la glotonería, la rapacidad frailuna son otros tantos portillos que nos abren la ciudadela clerical”.
Autores más prestigios también mostraron clérigos antipáticos e incluso repulsivos, como Émile Zola, en La Terre o en La Faute de l’abbée Mourret.
También se publicaron parodias irreverentes y blasfemas del Antiguo y del Nuevo Testamento, como la Vie de Jésus de Léo Taxil, en la que Cristo aparece como un proxeneta que mantiene relaciones privilegiadas con “su sultana favorita”, María Magdalena.
Sin embargo, en 1955, fue derrocado por un general militar que era un miembro destacado del movimiento nacionalista católico.
Las fiestas religiosas como la Navidad y la Pascua fueron prohibidas hasta la visita del papa Juan Pablo II en 1998.
Las tensiones llegaron a un punto crítico en 1875 cuando el presidente conservador Gabriel García Moreno, luego de ser elegido para su tercer mandato, fue presuntamente asesinado por masones anticlericales.
Esta persecución contra la Iglesia fue especialmente severa en Tabasco bajo el gobierno de Tomás Garrido Canabal.
[57][60] Incluso en diez estados mexicanos no quedó ni un solo sacerdote para poder ejercer su misión.
Guzmán Blanco también fue quien introdujo el concepto del divorcio, algo mal visto por la jerarquía eclesiástica, pues presentaba la posibilidad de disolver la unión matrimonial, considerada como sagrada por la Iglesia católica.
En el periodo de 2018 a 2023 se han denunciado 193 ataques contra obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas y monjas.