Fue fusilado al acercarse el fin del Trienio Liberal, sin juicio y en un camino próximo a Vallirana.En 1798 ocupó una cátedra de teología luliana en la Universidad literaria de Mallorca.[1] Para combatir las ideas ilustradas y constitucionales, así como el creciente anticlericalismo, durante la ocupación francesa editó en Palma de Mallorca el Semanario cristiano-político, con una periodicidad de dos números a la semana.Detenido en octubre de 1822, fue trasladado a Barcelona y encarcelado en un calabozo de la Ciudadela de donde se le sacó por orden del gobernador Antonio Rotten en abril del año siguiente, diciéndole que iba a ser trasladado a la corte para ser sometido a juicio, pero en las proximidades de Vallirana la guardia que lo conducía fingió un ataque realista y lo ejecutó junto con el lego fray Miguel Quingles, que lo asistía, dejando sus cuerpos abandonados en el camino.[1][2] Además de su propia defensa en el juicio al que fue sometido en Palma de Mallorca en 1813 por los tumultos provocados por sus sermones de cuaresma, en los que predicó contra el periódico titulado Aurora patriótica mallorquina, considerado portavoz de la masonería en las islas,[3][4] y otros escritos de circunstancias en los que desplegó sus dotes de polemista, tradujo y anotó las obras del abate Barruel, Memorias para servir a la historia del Jacobinismo (Palma de Mallorca, 1813-1814) e Historia del clero en tiempo de la Revolución (Palma de Mallorca, 1814).