Esta gesta heroica estuvo marcada por una serie de circunstancias que llegaron a forjar la iglesia católica nicaragüense.
Este hecho llevaría como fin la cristianización de los indígenas prohibiendo que fueran esclavizados.
La evangelización empezó a consolidarse con la presencia de las órdenes mendicantes, mercedarios y franciscanos que fueron los que más se comprometieron con la evangelización del pueblo; los dominicos en cambio dejaron las tierras recién conquistadas por su “compromiso profético”.
Este fue elegido pero no consagrado como tal, porque la bula papal jamás llegó al país.
[3] Fernando Espino franciscano, natural de Ciudad Antigua, Nueva Segovia, fue el primer sacerdote predicador criollo[4] en la actual Nicaragua.
Para 1811 se dan los alzamientos populares, movimientos independentistas contra la colonia española en León, Masaya, Granada y Rivas.
Las ideas de la independencia le llevaron al exilio, se fue a México y murió allí encarcelado.
La población crece y la construcción de nuevos templos avanza en diferentes lugares del país.
Como era de esperar, hubo clérigos que apoyaron cabalmente al inversionista William Walker ocupando altos cargos, así mismo hubo los sacerdotes que se opusieron tajantemente a la idea de invasión norteamericana.
Viteri estaba convencido de que la religión tenía gran influencia en la socoedad, apoyó a Fruto Chamorro representante en aquel momento del pensamiento democrático o liberal.
En Matagalpa los Jesuitas fueron exiliados por ser acusados de hostigar al pueblo para que se levantara.
Este presidente con los cambios detonantes de la Constitución que reformó radicalmente el orden jurídico, social, político y religioso del país,[8] creó un Estado laico y por ende desconoce a la religión católica como religión oficial que hasta ese momento lograba la Iglesia.
[9][10] Con las actuaciones del presidente Zelaya llega al país la intervención de los Estados Unidos expresando su desacuerdo con la situación por la que “transita el pueblo nicaragüense”.
Para estos momentos los Estados Unidos proponían la construcción del Canal Interoceánico, termina con el poder liberal y sitúa en la presidencia a Adolfo Díaz.
Se nombra con la diócesis de Managua al primer arzobispo Monseñor José Antonio Lezcano y Ortega quien se integró con vehemencia y tenacidad a evangelizar la situación social del momento.
[12] Con el avance del secularismo la iglesia centró su ministerio en el culto eucarístico y las celebraciones populares.
Siguiendo este criterio se desarrolló la comunidad religiosa de Solentiname, animada por Ernesto Cardenal.
Durante el gobierno presente el Cardenal Obando Bravo estuvo cargado de tensiones con el presidente.
En 1972 la iglesia emite una carta pastoral criticando al gobierno, esta actitud no provocó cambios pues lo hicieron varias veces más, sin ningún resultado aparente.
La política internacional se ve expectada ante el movimiento cristiano y los Teólogos de la Liberación inician su emigración a Nicaragua.
Uno de los sacerdotes con más influencia en contra del Gobierno revolucionario fue Miguel Obando quien había aconsejado durante el conflicto por una tercera vía.
La Carta de 1979 no tuvo ningún impacto pastoral, quedó olvidada en el proceso que la Iglesia siguió en los diez años del gobierno sandinista, ni los esfuerzos del Nuncio Apostólico Pietro Sambi, ni la asesorías realizadas por los Teólogos de la Liberación.
El tema religioso es tan importante para Estados Unidos que funda en centro especializado Democracia y Religión con el objetivo de estudiar el tema religioso como apoyo a la lucha contrarrevolucionaria de Nicaragua y los cristianos que participaban en el proceso, sino también contra los movimientos comprometidos con las luchas comunistas y la Teología de la Liberación.
Con motivos de la celebración del año jubilar, la Conferencia Episcopal organiza peregrinaciones a Cuapa donde se manifestó la Virgen María en 1980.
Simultáneamente los grupos pentecostales ganan almas al presentar una salvación limitada a necesidades terrenas.
En los últimos años la Iglesia católica se ha quejado de persecución a manos del Gobierno, encabezado por Daniel Ortega.
[17] La situación llevó al Papa Francisco a expresar públicamente su preocupación por la falta de libertad religiosa en Nicaragua.
"Durante esos días, la gente en los bancos de nuestra iglesia no escuchaba el Evangelio, lo vivía", dijo el sacerdote.
En ese ámbito desde La Colonia hasta los días presentes se destacaron: En la iglesia católica, un cristiano es declarado "siervo de Dios" como primer grado que se le otorga a una persona que es candidata para ser venerable, luego beatificada y posteriormente canonizada.
Este decreto es la respuesta oficial de la Santa Sede a las autoridades diocesanas que han pedido iniciar el proceso canónico.