Tuvo una formación flamenca.Estableció pronto una reputación como retratista, de colores brillantes.Ocasionalmente produjo pinturas históricas, religiosas, paisajes y bodegones; su maestría técnica le permitía jugar con los objetos, los colores y la luz.Sus retratos están cargados de una vitalidad y sensibilidad que hacen de él uno de los pintores más grandes del reinado de Luis XV y la Regencia.Olvidado a la sombra de su amigo y rival Hyacinthe Rigaud, quien era el pintor de moda que atraía a la alta aristocracia, Largillière merece ser recordado como uno de los grandes pintores del arte francés.
María Ana Victoria de Borbón y Farnesio
, 1724,
Prado
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