Roque Barcia

No debe ser confundido, como a veces se hace, con su padre Roque Barcia Ferraces de la Cueva.

Asimismo trabajó en un Nuevo diccionario de la lengua castellana arreglado según la última edición aumentado con unas veinte mil voces usuales en ciencias, artes y oficios... que publicó en Gerona (1853).

[7]​ Vuelto ya a su patria, colaboró en diversos periódicos (La Democracia, El Demócrata Andaluz, entre otros), que le granjearon gran popularidad.

Escribió cuatro tomos de viajes y un libro titulado Un paseo por París que fue muy bien recibido.

Influido por Emilio Castelar, en cuyo periódico La Democracia (1864) fue redactor, marchó a Cádiz ese mismo año y dirigió uno fundado por el anarquista gaditano Fermín Salvoechea y financiado entre otros por el comerciante republicano Manuel Francisco Paúl y Picardo llamado El Demócrata Andaluz que duró cinco meses; sus artículos le valieron la excomunión del obispo de Cádiz, una más entre las muchas que atesoraba.

Barcia fue halagado nada menos que con dieciséis ofertas de candidatura para las elecciones a Cortes (Alcoy, Alicante, Badajoz, Béjar, Burgos, Écija, Montilla, Granada, Málaga, Cádiz, Jerez, Ronda, Villanueva y Geltrú, la Mancha, Huelva y Soria).

Se negó a firmar el acuerdo que revistió del poder supremo al regente y tras asistir a dos sesiones y ver que los acuerdos de la Junta no estaban en armonía con sus ideas, decidió abandonar la Junta.

Se afirma que Barcia recibió durante su vida unas sesenta excomuniones, casi tantas como José Nakens o Fernando Lozano Montes.

[16]​ Y en otro lugar: «Dios no es otra cosa que la razón universal, la palabra sublime que se formula en los labios de la gran armonía, así en las flores del campo como en las estrellas de la noche».

[18]​ A su sombra el progreso está garantizado, porque para Barcia la unidad de las ideas se funda en la unidad de la esencia; los seres son modificación del ser y las ideas expresiones parciales de la idea, con lo cual la estructuración de la ciencia y la omnímoda presencia del conocer están aseguradas; asimismo, la libertad individual es necesaria para la integración en el todo y la participación en la humanidad, contrapunto divino del Dios infinito.

Consecuente con este ideario rechazó las estructuras político-sociales a la sazón vigentes, combatiendo la monarquía, la propiedad y el catolicismo, por considerarlos nefastos para el porvenir de España, más sin declararse ateo, adoptando más bien en lo religioso una posición que Menéndez Pelayo ha calificado de un cierto protestantismo liberal.

Caricatura de Tomás Padró Pedret para la revista El Lío (agosto de 1874), en la que se muestra el devenir de los federales «intransigentes» Juan Contreras y Roque Barcia tras la insurrección cantonal, junto al proyecto de Constitución de 1873 caracterizado como el árbol del paraíso : así, aparecen Contreras vendiendo babuchas en su exilio en la Argelia francesa ; Barcia como «el nuevo Jeremías » sobre las ruinas del Parque de Artillería de Cartagena , atacando ahora con su pluma al movimiento cantonalista que tanto había defendido; y por último, el árbol federal, herido de muerte por una bala.
Tumba de Roque Barcia en Madrid con la fecha de su fallecimiento pero con el apellido de su padre.
Portada del Primer diccionario general etimológico .