Jeremías (יִרְמְיָהוּ) (Anatot, Judea; 626 a. C.-Daphnae, Egipto 586 a. C.) fue un profeta hebreo, hijo del sacerdote Hilcías.
[1] La labor de Jeremías el profeta fue llamar al arrepentimiento al reino de Judá y, principalmente, a los reyes Josías, Joacim (también llamado Joaquim), Joaquín[2] y Sedecías (también llamado Sedequías), debido al castigo impuesto por Yahveh de que serían conquistados por los caldeos si no volvían su corazón hacia Dios.
Según Jeremías,[3] la primera versión de su libro profético fue destruida a fuego por el rey Joaquim, bajo cuyo gobierno el profeta vivió en continuo peligro de muerte.
La persecución contra Jeremías se acrecentó bajo el mandato de Sedecías.
Jeremías llegó a lamentarse por su destino, pero finalmente decidió continuar su misión profética.