Partido Socialista (Francia)

En 2012 François Hollande vence en con 51,64% frente a un 48,36% de Nicolás Sarkozy en la segundo vuelta recuperando el Eliseo por primera vez desde 1995.

[11]​ En enero de 2018, Stéphane Le Foll, Luc Carvounas, Olivier Faure y Emmanuel Maurel celebran elecciones primarias para liderar el Partido Socialista.

El candidato Olivier Faure logra el 48,5 % de los votos y Stéphane Le Foll se sitúa en segundo lugar.

Dada la clara victoria de Faure, Le Foll renunció a la segunda vuelta.

La adhesión al partido es libre, y cada miembro posee los mismos derechos, ya sea el primer secretario, o un militante de base.

Los militantes votan por los textos de orientación en cada congreso, y eligen los candidatos en cada elección.

Más recientemente, un procedimiento de consulta interno fue creado para que los militantes decidan sobre la línea política del partido en cuestiones precisas.

Los socialistas, así también como los militantes del PCF, LO, o LCR, se denominan entre sí "camaradas".

Sin embargo, también existen secciones organizadas alrededor de empresas, aunque estas tienden a desaparecer en la actualidad.

Son las secciones las que organizan las pintadas, las distribuciones de materiales, los casa-por-casa, etc.

Las secciones también lograron abrirse más allá de simples adherentes, formando "asociaciones ciudadanas", que reúne ciudadanos simpatizantes con el PS, y militantes, y que suele estar muy activa durante las elecciones municipales.

Existe una federación para cada departamento metropolitano, del exterior, y de franceses en el extranjero.

Cuenta con 54 miembros bajo la dirección del primer secretario, y se reúne todos los martes al fin de la tarde.

El secretariado nacional, cuyas reuniones se realizan los miércoles, aseguran la gestión del partido.

Todos los adherentes, teniendo más de 6 meses de antigüedad, y con su cotización al día, electores en la zona en cuestión (más los extranjeros sin derecho a voto) tienen derecho a voto.

Estos teóricos luego llamados utópicos se demarcan del socialismo histórico, desarrollado por Karl Marx con su análisis de la sociedad industrial.

La "cuestión social" fue puesta en primer plano, pero la revolución de 1848 ya hizo aparecer divergencias entre los demócratas socialistas reformistas (Alexandre Ledru-Rollin, Louis Blanc) y los partidarios de la revolución (Louis Auguste Blanqui, Armand Barbès), que consideran la violencia como la única vía que permitiría un cambio profundo de sistema económico y social.

Sin embargo, las ideas libertarias y anarco-sindicalistas continúan influenciando una parte de movimiento obrero, que manifiesta su desconfianza por la política.

Las dificultades económicas y la rigidez del aparato de producción llevan al gobierno a practicar una "pausa" en las reformas sociales.

Edicta reglas severas sobre la reintegración de los cuadros al partido, pero la aplicación local es más delicada.

Sobre los 168 parlamentarios (diputados y senadores) de antes de la guerra, 53 son reintegrados sin condiciones: los 32 diputados que todavía vivían y que habían votado "no" la moción que daba los plenos poderes a Petain (François Camel, Marx Dormoy, Georges Pézières, Léon Roche, murieron durante la ocupación), y 21 reintegrados por su "actitud resistente indiscutible".

En mayo de 1945, la mayoría de las intendencias socialistas elegidas en las últimas elecciones municipales (1935) son reelegidos, y varias grandes ciudades se pasan al campo socialista, como Burdeos, Grenoble, Cherbourg y hasta la muy conservadora Niza.

Ese año, la SFIO cuenta con 350 000 adherentes, récord histórico nunca más igualado.

En las elecciones legislativas de 1945, el PCF obtiene más votos que la SFIO por primera vez (26% contra 24%).

Guy Mollet anima una tendencia de izquierda que pone en minoría la dirección saliente (Daniel Mayer), apoyada por Léon Blum.

Así se entienden los esfuerzos para construir una Europa fuerte e independiente.

Desde el otoño de 1947, el PCF empieza una virulenta campaña antisocialista y se afirma como partido estalinista.

En 1954, es Pierre Mendès France, en ese entonces radical-socialista, que parece representar al renacimiento de la izquierda no comunista.

Hace votar en 1956 a la Asamblea los poderes especiales al ejército (ley adoptada por casi todos los grupos representado en el parlamento, desde el Partido Comunista, hasta el CNIP), lo que va a permitir una generalización de la tortura.

En 1960, el PSA se fusiona como pequeños movimientos de la izquierda cristiana y disidentes comunistas, la Unión de Izquierda Socialista (Gilles Martinet, Claude Bourdet), Tribuna del Comunismo (Jean Poperen para formar el Partido Socialista Unificado (PSU).