Pío XI

Se cree que fue mandado buscar por su hermano, después de su elección como papa.

Realizó varias misiones diplomáticas a pedido del papa León XIII.

Pero, sobre todo, con la buena sociedad milanesa: Gonzaga, Castiglione, Borromeo, Della Somaglia, Belgioioso, Greppi, Thaon de Revel, Jacini, Osio, Gallarati Scotti.

Este ambiente fue atravesado por diferentes opiniones: algunas familias estaban más cerca de la monarquía y el catolicismo liberal, otras eran intransigentes, en línea con el observador católico de Don Davide Albertario.

En 1919 el papa Benedicto XV lo nombró arzobispo titular de Naupactus —una diócesis in partibus infidelibus, que tuvo su sede en la ciudad griega de Lepanto—, al ser designado nuncio en Polonia.

La ceremonia tuvo lugar en la explanada del Vaticano, y se convirtió en la primera coronación papal celebrada públicamente desde que, en 1870, Pío IX proclamó la «cautividad» de la Iglesia católica.

Sus predecesores habían sido coronados en ceremonias restringidas, ya sea en la Basílica de San Pedro o en la más exclusiva Capilla Sixtina (caso este último de León XIII, Pío X y Benedicto XV).

Entre los santos proclamados por este papa se encuentran Tomás Moro, Juan María Vianney y Roberto Belarmino.

Mussolini quería un acercamiento a los católicos, cuya posición ante el fascismo había sido bastante fría e incluso tensa.

[10]​ Pío XI llegó a felicitar por el triunfo militar al Mariscal Rodolfo Graziani, que por sus matanzas contra la población civil llegó a ser conocido como el Carnicero de Etiopía.

En el caso de Alemania, el Partido del Centro del excanciller Heinrich Brüning y de clara raíz democristiana fue disuelto, con lo que los nazis quedaron sin oposición legal alguna en su país.

Así, sus relaciones fueron prudentes, las de perfil más bajo en todo el siglo XX.

En sus palabras de contestación, Pío XI puso “un poco de sordina a las muchas estridencias del parlamento regio” causando “indisimulable asombro y desilusión” en el episcopado español.

Ya en 1934 solicitó y obtuvo la ayuda del Duce Mussolini para restaurar la monarquía mediante «un eventual golpe de Estado que se produjera en España» con la participación de los partidos Renovación Española (monárquico) y Comunión Tradicionalista (carlista).

El vacío dejado por la falta de liderazgo episcopal en los primeros y decisivos meses fue ocupado por la poderosa Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP), a la que pertenecían profesores universitarios y altos funcionarios del Estado, y que defendía contemporizar con el nuevo régimen político.

De hecho, Gil-Robles había declarado que "la democracia no es un fin sino un medio para la conquista del nuevo estado.

Cuando llegue el momento, ya sea a través del parlamento, la eliminaremos [la democracia]".

En seguida, Pío XI se duele en su encíclica Dilectisisima Nobis, del 3 de junio:

[21]​ A principios del verano de 1938, Pío XI preparaba un documento similar, y le encargó su redacción al jesuita estadounidense John LaFarge, conocido por su activismo antirracista, al que ayudaron el francés Gustave Desbuquois y el alemán Gustav Gundlach, ambos también jesuitas.

De hecho, hoy en día su servicio diplomático tiene unas dimensiones solo superadas por los Estados Unidos.

Alentando además a los católicos en aquellos países en que padecían una persecución religiosa: Iniquis afflictisque, Acerba animi y Firmissimam Constantiam, dirigida al episcopado mexicano y Dilectissima Nobis, al español.

Achille Ratti en su etapa como joven sacerdote, hacia 1880
Primera bendición de Pío XI, luego de su elección
Retrato de Pío XI por Philip de László , c . 1925
Pío XI junto al cardenal Eugenio Pacelli (futuro Pío XII) y el ingeniero Guillermo Marconi durante la inauguración de Radio Vaticano el 12 de febrero de 1931
Firma del Reichskonkordat el 20 de julio de 1933. De izquierda a derecha: el prelado alemán Ludwig Kaas, el vicecanciller alemán Franz von Papen , en representación de Alemania, Mons. Giuseppe Pizzardo , el cardenal Eugenio Pacelli , Mons. Alfredo Ottaviani , y el embajador alemán Rudolf Buttmann.
Pío XI en su despacho
Noticia en la prensa española del nombramiento del cardenal Ratti como papa ( El Liberal , 7 de febrero de 1922)
Fotografía de Pío XI realizada el 6 de febrero de 1939, cuatro días antes de su muerte
Pío XI en su lecho de muerte
Retrato póstumo, realizado por Serge Ivanoff en 1939