En 1808 se sumó a los patriotas contra los franceses y anduvo arengando pueblos por su natal Extremadura.
Las Cortes, reunidas en el oratorio de San Felipe Neri en Cádiz, le nombraron su bibliotecario.
Allí compuso una durísima silva donde juzga a todos los reyes españoles, desde los Católicos hasta Fernando VII, denunciando su mediocridad, crueldad y poco valer y demostrando en esa tarea no escaso conocimiento de la historia de España.
Lo calificó de «libro altamente ofensivo a la moral pública... quinta esencia del refinado mal saber de la pepinesca» (término con el que se refería a los que apoyaron al rey José I Bonaparte), «en un estilo fofo, relamido, simétrico, amanerado y fríamente declamador y cansino».
[2] Su biógrafo fue Juan Marqués Merchán con su obra Don Bartolomé José Gallardo: Noticia de su vida y escritos (Madrid, 1921).
Su mayor aportación a los estudios bibliográficos españoles es su Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, obra que se comenzó a publicar en 1863 con los materiales que Gallardo dejó a su muerte y que fueron ordenados por José Sancho Rayón y Manuel Remón Zarco del Valle.