En 1954, a la edad de 27 años, fue elegido concejal en Chascomús, una ciudad donde la UCR vencía al peronismo, y en 1955 fue encarcelado por la Revolución Libertadora.
Durante la dictadura militar, Alfonsín puso gratuitamente su servicio de abogado para defender opositores y presentar hábeas corpus por los detenidos-desaparecidos, actividad que por sí misma solía significar la muerte.
[27] Se tomaba como modelo la Solución Karamanlis desarrollada en Grecia luego que la dictadura de los coroneles cayera en el desprestigio tras la guerra con Turquía.
El Senado, donde la UCR no tenía mayoría, bloqueó la ley de Reordenamiento Sindical prometido por Alfonsín en su campaña y luego se negó a integrar la CONADEP.
La llamada Teoría de los dos demonios, no obstante, siguió siendo sostenida, entre otros, por Alejandro Rozitchner,[42] Norma Morandini[cita requerida], Graciela Fernández Meijide, Héctor Leis,[43][44] Magdalena Ruiz Guiñazú[cita requerida], e incluso participantes en las acciones violenta de ambos lados, como Albano Harguindeguy y Mario Firmenich.
La sentencia fue resistida por amplios sectores militares, situación que llegó a su punto límite con las sublevaciones conocidas con la denominación de «carapintadas».
Millones de personas salieron a las calles para oponerse al alzamiento militar y la CGT, conducida por el sindicalismo peronista, declaró la huelga general en defensa del gobierno constitucional.
Alfonsín no pudo terminar su mandato y «resignó» el cargo a manos del presidente electo Carlos Menem, quién asumió en condiciones muy precarias.
Se sancionó esta ley pese a la fuerte oposición de la Iglesia Católica, que organizó marchas y protestas multitudinarias.
[105] Por otro lado, el retraso salarial y la pobreza, que había aumentado del 5 % en 1975 al 21 % en 1982,[106] anticipaban grandes presiones sociales una vez reconquistada la democracia.
[108] En una primera etapa Alfonsín recurrió al esquema económico que el radicalismo había utilizado con considerable éxito durante la presidencia de Arturo Illia 20 años antes.
Fue así como Obras Sanitarias de la Nación tuvo que distribuirla en tanques a las zonas del Gran Buenos Aires.
Los primeros envíos se realizaron en abril de 1984 al Gran Buenos Aires, Santiago del Estero y Misiones.
Rodríguez no aceptó pero los grandes gremios propusieron a Carlos Alderete, secretario general de Luz y Fuerza.
[154] La fuerza más inestable fue Ejército Argentino, ya que se sucedieron cinco titulares durante el gobierno de Raúl Alfonsín, ellos fueron los generales de división Jorge Hugo Arguindegui (1983-1984), Ricardo Gustavo Pianta (1984-1985) y los tenientes generales Héctor Luis Ríos Ereñú (1985-1987), José Segundo Dante Caridi (1987-1988) y Francisco Eduardo Gassino (1988-1989).
[181] Se manifestó a favor de la despenalización del aborto, sin embargo, no presentó ningún proyecto para evitar un cruce con la Iglesia.
En 1974 el Congreso volvió a establecer la patria potestad compartida, pero la presidenta María Estela Martínez de Perón vetó la ley.
En 1985, durante el gobierno de Alfonsín se restableció la patria potestad compartida, mediante la Ley 23.264, un derecho largamente reclamado por las mujeres.
[183] La Iglesia católica, que mantuvo siempre una tirante relación con el presidente Alfonsín, se mostró dividida frente a la ley de divorcio.
[184] La Conferencia Episcopal Argentina discutió entonces la posibilidad de excomulgar a los legisladores que votaran la ley, pero la idea no prevaleció.
Alfonsín sostuvo una activa política internacional implementada por su ministro de Relaciones Exteriores, Dante Caputo, el único que se mantuvo durante casi todo su mandato.
Las prioridades fueron fortalecer el sistema democrático en Argentina, evitar que la Guerra Fría no regenerara la concepción de la seguridad nacional, impulsar el proceso de democratización regional, resolver las cuestiones limítrofes, generar mayor capacidad negociadora regional frente a las grandes potencias y promover la integración subregional.
Junto con Olof Palme (Suecia), Julius Nyerere (Tanzania), Indira Gandhi (India), Andreas Papandreu (Grecia) y Miguel de la Madrid (México).
Durante su gobierno realizó una serie de viajes internacionales, entre ellos a los Estados Unidos, la Unión Soviética, China, España y Cuba.
El gobierno militar argentino declaró la nulidad del laudo y posteriormente dio partida a la Operación Soberanía para ocupar las islas.
[nota 4] Pero fundamentalmente Alfonsín buscó generar un sólido consenso interno mediante una consulta popular no vinculante, pero que presionara a los senadores.
[217] Sin embargo, finalmente, los candidatos de la Alianza, rechazaron las propuestas programáticas del IPA y presentaron un programa alternativo más moderado.
Ante ello Alfonsín reaccionó advirtiendo de que en ese caso la Alianza llamaría a la desobediencia civil, porque implicaría un golpe institucional.
Sin embargo, a medida que el presidente De la Rúa acentuaba su alianza con los sectores más conservadores, Alfonsín fue tomando distancia del gobierno.
[233] En los años posteriores a su muerte, creció la valoración positiva de Raúl Alfonsín y recibió múltiples homenajes en todo el país.