El programa terminó en los hechos cuando hacia 1988 un rebrote inflacionario forzó a crear un nuevo programa, conocido como Plan Primavera, que no lograría evitar la Hiperinflación argentina de 1989 y 1990, que terminaría en la renuncia de Alfonsín y en una transición adelantada al presidente electo Carlos Menem.
El nuevo ministro comenzó a trabajar en un plan para detener la inflación que crecía por entonces un 1% diario.
Los principales puntos del plan fueron:[2] La medida central fue el cambio del signo monetario, quitando tres ceros al peso argentino para crear el austral que cotizaba a 80 centavos de austral por dólar.
También se buscó limitar el aumento de los salarios del sector privado, pese a lo cual el salario real tuvo un alza importante, en parte por la propia reducción de la inflación (no había más un "retraso" del salario respecto de los precios) y en parte por el impacto del desagio en las tarifas.
El austral comenzó a desvalorizarse fuertemente con respecto al dólar en el mercado de cambio.
Sin embargo, este tampoco pudo evitar el brote hiperinflacionario con el que terminaría el gobierno de Alfonsín.
Entre enero y junio de 1989 los australes multiplicaron los ceros a medida que crecía la inflación.