Proyecto Patagonia

En Buenos Aires la concentración del poder político y económico es análoga a las de las capitales de los países europeos, en los que, al ser estados pequeños, son funcionales a este fin.

[2]​ Al ser Buenos Aires un polo donde se concentra la actividad política, económica y cultural del país, el espíritu del proyecto era quitarle su facultad política y trasladarla hacia Viedma.

La conflictiva situación de violencia que atravesaba el país en aquel momento y el posterior retorno al poder del peronismo al año siguiente, hicieron que la ley no se cumpliera y pasara desapercibida.

que Raúl Alfonsín conocía estos argumentos, por lo cual tomó la decisión de materializarlos mediante su proyecto.

Alfonsín consideraba que la Patagonia era el sector más sensible en el ejercicio de la soberanía del Territorio Argentino ya que solo contaba aproximadamente con un millón y medio de habitantes.

[3]​ Es por eso que el proyecto para mudar la capital a Viedma-Carmen de Patagones sería en un marco ideológico y teórico apuntar hacia la defensa y consideración de la soberanía argentina en el sur.

Álvarez Guerrero en 2006 en una entrevista al Diario Río Negro comento que Alfonsín le había confesado que se imaginaba a Viedma «como San Petersburgo, más modesta, pero arquitectónicamente, bella y monumental».

El anuncio obligó al presidente Alfonsín a acelerar los acontecimientos: al día siguiente, 14 de abril, se reunió con su gabinete en la quinta de Olivos y estudió como seguir adelante con el proyecto.

Durante los tres años y medio en que estuvo en marcha el proyecto, tanto la Comisión Técnica Asesora primero, como su sucesor el ENTECAP, realizaron diversos estudios en diferentes temas (ecológicos, económicos, urbanísticos, demográficos, energéticos, turísticos, hídricos, etc.) y trazaron los planos y maquetas de las diferentes obras de infraestructura necesarias para el asentamiento de población y cumplimiento del proyecto de traslado, como viviendas, hospitales, escuelas, puentes, oficinas públicas, entre otras.

De acuerdo a lo publicado en la revista Summa el ENTECAP establecía que la nueva Capital Federal se iba a poder inaugurar en unos doce años, para el inicio de nuevo siglo.

En un primer momento los diarios Clarín y La Nación, principales diarios en venta del país, acompañaron y apoyaron el traslado pero, al cabo de un tiempo, se alinearon con los sectores opositores del mismo, quienes lo tildaban de «costosísimo», «faraónico» e «innecesario» y sostenían que el traslado de la capital traería más perjuicios que beneficios al país.

Garzón dice que debieron utilizarse los edificios estatales exitentes en Viedma y Carmen de Patagones, los cuales según este autor fueron desechados por el ENTECAP.

El ENTECAP también fue un organismo muy cuestionado en aquellos años por gastar demasiado dinero en personal y oficinas en la subsede de Buenos Aires, en vez de funcionar en Viedma donde tenía su sede legal y principal, según sostenía el decreto que lo creó.

Muchas de estas personas se mudaron impulsadas por el ENTECAP, ya que iban a ser los obreros que iban a construir los edificios y obras de infraestructura diagramadas por este organismo.

Varios años después el Gobierno Nacional otorgó un crédito a estas municipalidades que quedaron con un gran déficit.

[cita requerida] El proyecto del traslado dejó al menos a Viedma como herencia el mejoramiento de los servicios de agua potable y cloacas y diversos barrios, entre ellos el de las 1016 viviendas, donde iban a vivir los obreros que debían construir la nueva Capital Federal.

Sin embargo, sigo creyendo que es necesario sacar la Capital de Buenos Aires… Se necesita un lugar donde se haga política y administración y nada más, donde los dirigentes del interior no queden atrapados por las atracciones de la gran ciudad, como sucede en Buenos Aires.

En 2002, durante la campaña electoral para presidente, Adolfo Rodríguez Saá propuso en su plataforma política trasladar la Capital del país al interior.

Durante la campaña electoral de 2005, el diputado nacional rionegrino Hugo Cuevas, quien era candidato en ese momento, declaró al Diario Río Negro que el traslado de la capital a Viedma lo obsesionaba y que soñaba con plantear nuevamente el tema si llegaba al Congreso de la Nación.

Ante la pregunta del cronista, Cristina Fernández respondió: «sí, me acuerdo, nosotros apoyamos ese proyecto en aquel momento porque la consideramos una medida muy importante».

También durante el año 2009, el Senador nacional, por la Provincia de Santiago Del Estero, Emilio Alberto Rached (UCR) presentó un proyecto de comunicación para que se cumpla con la ley 23 512.

Según sostiene el diario Infobae los legisladores tanto del oficialismo como de la oposición no incluyeron la ley en el Digesto por un olvido o porque creyeron que estaba sin vigencia la misma.

Este proyecto, identificado con el expediente 0989-D-2019,[5]​ fue girado en primera instancia a la Comisión de Asuntos Constitucionales.

Mapa del área territorial federalizada por la ley 23 512 de 1987.