[11] Es el partido con más afiliados en cinco distritos electorales: Catamarca, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Río Negro.
Dos años después dirigió el levantamiento armado conocido como la Revolución de 1905, que aunque fracasó logró presionar lo suficiente al partido oficialista como para producir una fractura.
En las dos primeras oportunidades fueron desplazados por sendas intervenciones federales dispuestas por los presidentes radicales Marcelo T. de Alvear e Hipólito Yrigoyen, con quien estaban enfrentados.
[62] No obstante, aunque en menor medida que su antecesor, el nuevo radical adoptó varias medidas de previsión social, como la ley n.º 11 289 en 1923; aunque significó un avance hacia la jubilación universal y obligatoria, más tarde en 1926, la Unión Industrial consiguió anularla por medio de una nueva ley, argumentando que sería muy costoso mantenerla.
Lograron varios gobiernos provinciales y ocuparon casi todos los ministerios; su principal oponente era el vicepresidente Elpidio González, abiertamente yrigoyenista.
Para empezar, Yrigoyen no solo era apoyado por su partido político, sino también por figuras del mundo cultural, como el Comité Yrigoyenista de Intelectuales Jóvenes, presidido por un joven Jorge Luis Borges, con Leopoldo Marechal como vicepresidente.
[98] La dictadura anuló entonces las elecciones y comenzó a buscar otra salida política que impidiera el regresó del yrigoyenismo al poder.
Durante el liderazgo de Alvear[120] la UCR mantuvo una postura internacional de cuestionamiento a los regímenes fascista en Italia, nazi en Alemania y comunista en la Unión Soviética,[121] y participó activamente en apoyo a la República durante la guerra civil española,[122] en un contexto político nacional atravesado por los conflictos bélicos e ideológicos mundiales.
Ese año el Ejército derrocó al último gobierno de la llamada década infame para dar inicio a la denominada Revolución del 43.
Un segundo debate se produjo entre intransigentes y unionistas, cuando estos últimos propusieron que los diputados debían abstenerse de jurar sobre la nueva constitución.
La UCRI definió un programa inspirado en la Declaración de Avellaneda con nuevos componentes industrialistas que irían dando forma a su adhesión al desarrollismo.
Por su parte la UCRP, se identificó más claramente con la Revolución Libertadora, y convocó a elecciones internas para definir los candidatos por el voto directo, en las que se impuso Ricardo Balbín acompañado de Santiago H. del Castillo, en alianza con Sabattini, y venciendo al unionismo tradicional que impulsó la fórmula Zavala Ortiz-Sanmartino.
Profundizó la política petrolera de apertura al capital extranjero impulsada por Perón desde 1952, firmando contratos con las empresas privadas para subsidiar la explotación del petróleo argentino.
Aunque por otra parte, su periodo de gobierno estuvo caracterizado por la aparente tendencia ideológica hacia posiciones más cercanas al estructuralismo propugnado por el presidente estadounidense John F. Kennedy, lo que motivó la renuncia del vicepresidente Alejandro Gómez.
Pero un sector mayoritario de la UCRI decidió separarse del frente y presentar como candidato propio a Oscar Alende, haciendo fracasar la alianza.
Mediante esta maniobra, en medio del golpe y antes de que los militares golpistas asumieran formalmente el poder, la Corte Suprema tomó juramento como nuevo presidente al radical intransigente José María Guido.
Una nueva generación de jóvenes radicales comenzaba a emerger, entre los que se encontraban Luis "Changui" Cáceres, Sergio Karakachoff, Fredi Storani, Leopoldo Moreau, Marcelo Stubrin, Adolfo Stubrin, Enrique Nosiglia, Néstor Golpe, Jorge Wandelow, Facundo Suárez Lastra, Víctor de Martino, Martín y Leandro Illia, entre otros.
Sin embargo la mayoría de las fuerzas políticas progresistas se opusieron al nuevo gobierno militar y exigieron una salida electoral rápida.
[148] En ese entonces, la UCRP estaba conducida por el Ricardo Balbín y un grupo de dirigentes que lo seguían como Héctor Hidalgo Solá, Arturo Mor Roig, Antonio Tróccoli, Juan Carlos Pugliese, Enrique Vanoli, Rubén Rabanal, César García Puente, Julián Sancerni Jiménez, Raúl Zarrielo, Carlos Raúl Contín, Juan Trilla, entre otros.
A poco de asumir, el presidente Héctor Cámpora renunció para permitir nuevas elecciones en las que pudiera presentarse Perón.
La conducción de la Unión Cívica Radical, encabezada el balbinismo no cuestionó abiertamente la Dictadura en un principio, llegando a efectuar declaraciones favorables.
Mientras que el peronismo, con la firma de su presidente de Deolindo F. Bittel rechazó el evento, la dirección del radicalismo asistió en pleno: Ricardo Balbín, Juan Carlos Pugliese, Rodolfo García Leyenda, Rubén Rabanal, Antonio Tróccoli, Francisco Rabanal, Carlos Raúl Contín, Juan Trilla, Cándido Tello Rojas y Aldo Tessio.
La UCR triunfó también en 7 de las 23 provincias: Buenos Aires (Alejandro Armendáriz), Córdoba (Eduardo César Angeloz), Mendoza (Santiago Felipe Llaver), Entre Ríos (Sergio Montiel), Río Negro (Osvaldo Álvarez Guerrero), Chubut (Atilio Viglione) y Misiones (Ricardo Barrios Arrechea).
En esos momentos Alfonsín negociaba en forma secreta con Menem un acuerdo para reformar la Constitución Nacional que fue conocido como Pacto de Olivos.
Poco después, la UCR organizaría un frente con sectores peronistas en Corrientes, imponiéndose en las elecciones para gobernador y resultando elegido el radical Arturo Colombi.
[176] A fines de 2005 se renovaron las autoridades partidarias, siendo electo el exgobernador mendocino Roberto Iglesias como Presidente del Comité Nacional y la bonaerense Margarita Stolbizer como Secretaria General.
[186] Más adelante se revocó su expulsión de por vida, aunque su reincorporación a la UCR sólo tendría lugar una vez concluya su cargo como vicepresidente.
Esta postura fue apoyada por Ricardo Alfonsín, Gerardo Morales, José Cano, Federico Sciurano, Fabián Rogel, Miguel Ángel Bazze, Laura Montero, Eduardo Costa, Nito Artaza, Ángel Rozas, Roy Nikisch, Alicia Azula, Juan Manuel Casella, Ricardo Gil Lavedra, Enrique Vaquie, Mario Abad, Francisco Torroba, Daniel Kroneberger, Luis Naidenoff, Luis Sacca, Ariel García, Manuel Garrido, Silvia Elías de Pérez, Guillermo Galván, Cachi Gutiérrez, Jorge Henn y Carlos Fascendini entres otros.
La boina blanca: es un atuendo utilizado frecuentemente por los radicales en sus actos, en alusión al distintivo que fue usado durante la Revolución del Parque, en 1890.
Desde entonces la "Lista 3" (y su representación física usando una variante de los dedos en V añadiendo el pulgar) se transformó en una señal identitaria.