En lo que respecta a política educativa, hubo un retroceso de la reforma universitaria impulsada por Yrigoyen, resultando severamente atenuada.
Durante su gobierno se sancionaron algunas leyes tendientes a regular y combatir los precios abusivos existentes por parte de la industria frigorífica operada por capitales extranjeros; sin embargo, terminaron siendo anuladas por el propio Alvear al resultar no haber sido eficaces.
[14] A finales del siglo xix, muchos jóvenes como Alvear fueron partícipes de ejercicios bélicos ante un eventual conflicto armado con Chile por diferentes interpretaciones del Tratado de 1881 que establecía los límites territoriales con Chile, lo que además produjo una carrera armamentística entre ambos países, aunque el conflicto nunca sucedería.
[22][23] Este levantamiento cívico militar produjo la renuncia del presidente Miguel Juárez Celman, reemplazado por el vicepresidente Carlos Pellegrini.
Esto puso a Yrigoyen en contacto con varias personalidades del civismo como Alvear, Le Breton, Apellániz y Senillosa.
Ese mismo año, Alvear acompañó al caudillo radical en una gira por el interior del país para lanzar la fórmula Bernardo de Irigoyen-Juan M.
—repite, rojo de ira, llevándolo hacia la puerta, mientras la mano izquierda, en el bolsillo del saco, se cierra firmemente sobre un innegable revólver.
[17][33][34] En 1898, Alvear conoció a la soprano portuguesa Regina Pacini, su futura esposa, cuando ella estaba dando una temporada en Buenos Aires, en el Teatro Municipal General San Martín.
Sería, paradójicamente, el general Julio Argentino Roca quien ayudó a disipar ese ambiente, nombrando al futuro matrimonio «invitados de honor» en una recepción en su hogar.
Así, el poder ejecutivo nombró a la delegación integrada por Honorio Pueyrredón, Marcelo T. de Alvear, Felipe Pérez, Roberto Levillier y Daniel Antokoletz.
Habían pasado seis años desde que un presidente no asistía allí, pues Yrigoyen se rehusaba a hacerlo.
[66] Estas condiciones se dieron fundamentalmente gracias al favorable frente externo: la reactivación posterior a la Primera Guerra Mundial produjo que los países europeos compraran las cosechas argentinas.
[70] El ministro había intentado sin éxito elaborar una ley para crear un impuesto sobre la renta de carácter provisorio.
Ejemplo del crecimiento automotriz fue la producción de Ford: la empresa logró vender en sus primeros nueve meses 6663 unidades.
Aquella rivalidad se vio reflejada en áreas tales como los transportes, ya que los productos automotores exportados de Estados Unidos competían con los ferrocarriles ingleses.
Al existir dos normas parecidas en circulación, el Congreso creó una Comisión Especial para estudiar ambas legislaciones y presentar un único texto.
Esta nueva propuesta tampoco llegó a prosperar, y por ello las relaciones diplomáticas con Chile se enfriaron durante la corta administración del presidente chileno Emiliano Figueroa.
La Standard Oil logró en 1925 obtener concesiones por parte del conservadurismo en la provincia de Salta, pero el gobernador yrigoyenista Julio Cornejo las anuló en 1928.
[119] Durante los años 1923 y 1926 se sancionaron dos leyes de armamentos que modernizaron el poder naval argentino.
Instalado en Europa, sus allegados le mandaron cartas desde Argentina explicándole la caótica situación en que se encontraba la política del país, como la deteriorada figura de Hipólito Yrigoyen.
[165] El 25 de septiembre se reunió la Convención Nacional de la UCR presidida por Benjamín Zorrilla, la cual —tras reconstituir el Comité Nacional y aprobar una plataforma electoral— eligió como candidato a presidente a Alvear, mientras que para la vicepresidencia fue elegido Güemes, tras la renuncia del otro candidato con posibilidades, Fernando Saguier.
En una comunicación telefónica a Río de Janeiro, Alvear anunció su renuncia a la candidatura[166] porque posiblemente su candidatura podría ser anulada, ya que no había pasado un periodo presidencial luego de su propia presidencia y, además, creía que debía producirse una renovación en las figuras políticas.
[172] Durante su estadía en Montevideo había sido visitado por Francisco Ratto, enviado por Yrigoyen para acortar las diferencias entre ambos mandatarios.
Ese mismo día, Alvear habló en un acto con gran concurrencia en el Teatro Municipal de Santa Fe: «La UCR solo anhela y pide que se normalice la vida cívica argentina.
Sin embargo, la misma no bastaba para afrontar también los costes de una campaña, como alquilar locales, mandar a imprimir volantes y pegar afiches.
El soborno a los concejales radicales había sido tan evidente que se les solía denominar como «los chadistas».
Alvear, que debía enfrentar el financiamiento de su candidatura a presidente del año siguiente, intervino personalmente para neutralizar al partido.
Durante una reunión del Comité Nacional se leyó la sorpresiva renuncia de Alvear, efectuada para dejarle el camino libre a Tamborini.
Una importante cantidad de gente se trasladó hasta la localidad para dar el último adiós al viejo mandatario, pese a que había llovido durante gran parte del día.
Varios dirigentes que habían ganado gracias al fraude, como Roberto Marcelino Ortiz, -(quien se encontraba atravesando un agravamiento de su diabetes que lo llevaría a su muerte en julio de ese año)-, Agustín Pedro Justo y Rodolfo Moreno, brindaron palabras elogiosas a Alvear.