Fracasada la misma varios de sus líderes fundaron la Unión Cívica Radical, que desató otras dos insurrecciones armadas en 1893 y 1905 para derrocar al régimen autonomista nacional, siendo ambas derrotadas con muy alto costo humano.
[14] Poco después, también se produjeron victorias radicales en Entre Ríos, asumiendo la gobernación Miguel M. Laurencena,[15] en Mendoza, llevando al gobierno a Francisco S. Álvarez,[16] y en Córdoba, donde fue elegido Eufrasio Loza.
Durante varios días el resultado se mantuvo incierto, hasta que finalmente la UCR disidente decidió apoyar la fórmula Hipólito Yrigoyen-Pelagio Luna.
[22] Pese a las importantes obras petroleras, Yrigoyen no logró la nacionalización de los hidrocarburos, sin embargo dejó las bases para evitar convenios contra la independencia económica local.
Por otro lado la Standard Oil logró en 1925 obtener concesiones por parte del conservadurismo en Salta, pero el gobernador yrigoyenista Julio Cornejo las anuló en 1928.
Ante una investigación del Poder Ejecutivo las empresas admitieron su error, y el gobierno les mandó devolver las sumas cobradas con exceso.
La política radical en ambos casos fue exigir a Alemania reparaciones materiales y morales, en el entendido que de no hacerlo Argentina declararía la guerra.
Poco después se intentó hacer otra iniciativa similar, pero el Senado la rechazó pese a la insistencia del Presidente.
Yrigoyen adoptó una novedosa política de mediación estatal ante los conflictos laborales, promoviendo su resolución mediante negociaciones colectivas o laudos arbitrales cuando no se llegaba a un acuerdo.
[75] Ante la masacre, la FORA del V Congreso declaró la huelga general a la que adhirieron sindicatos de ambas centrales y la ciudad quedó paralizada.
[86] Otro historiador radical, como Félix Luna afirma genéricamente que "Yrigoyen se vio obligado a tomar medidas enérgicas para garantizar la tranquilidad de la población".
[87] Luego de la masacre, el gobierno felicitó públicamente a las tropas que ejecutaron la represión y la alta sociedad organizó una colecta para premiarlos con dinero.
[91][92][93] Inmediatamente después de que se retiraran las tropas, los estancieros desconocieron el acuerdo y tomaron represalias utilizando a los grupos parapoliciales.
Para evitarlo los obreros tomaron nuevamente las estancias, otra vez cautelosamente sin violencia, incluso algunos propietarios se adhirieron al reclamo por considerarlo justo.
El movimiento se extendió a las demás universidades existentes en el país en ese momento (La Plata, Buenos Aires y Tucumán) a las que se sumó la Universidad Nacional del Litoral creada al año siguiente, siendo dirigido por la Federación Universitaria Argentina fundada ese año.
Yrigoyen veía con simpatía este movimiento, por lo cual creó nuevas casas de estudio para que las clases medias tuvieran mayor acceso a la universidad.
[49] No obstante, aunque en menor medida que su antecesor, el nuevo radical adoptó varias medidas de previsión social, como la ley n.º 11.289 en 1923; aunque significó un avance hacia la jubilación universal y obligatoria, más tarde en 1926, la Unión Industrial consiguió anularla por medio de la nueva ley 11.35, argumentando que sería muy costoso mantenerla.
La oposición, y más adelante un amplio sector de la UCR, criticaría severamente este estilo, que fue denominado como personalista.
En las dos primeras oportunidades fueron desplazados por sendas intervenciones federales dispuestas por los presidentes radicales Marcelo T. de Alvear e Hipólito Yrigoyen, con quien estaban enfrentados.
Lograron varios gobiernos provinciales y ocuparon casi todos los ministerios; su principal oponente era el vicepresidente Elpidio González, abiertamente yrigoyenista.
[22] Pero la división del partido radical, se fue volviendo inevitable en 1923: nueve senadores radicales se declararon "antipersonalistas", es decir, contrarios al "personalismo" de Hipólito Yrigoyen, y brindaron su apoyo al presidente Marcelo Torcuato de Alvear, también hubo roces entre este y su vicepresidente Elpidio González.
En este contexto, el presidente Alvear clausuró por decreto las sesiones extraordinarias, en vista de que la actividad legislativa era casi nula.
Como consecuencia de la crisis hubo un inevitable aumento en la desocupación, las ventas al igual que la renta inmobiliaria cayeron.
Con ella se modificaron las reglas de arrendamiento al hacer obligatorio un contrato escrito y la duración del mismo.
Carlos Lencinas, estaba frontalmente enfrentado con Yrigoyen quien había intervenido Mendoza, y acababa de ser excluido del Senado por la mayoría yrigoyenista.
El 2 de marzo se llevaron a cabo las elecciones parlamentarias, en las que la Unión Cívica Radical perdió estrepitosamente en la Ciudad de Buenos Aires, frente a los 100 000 votos obtenidos por el Partido Socialista Independiente, seguidos del Partido Socialista original, con 84 000, los radicales habían obtenido solo 83 000 votos.
Existieron opiniones encontradas dentro del recinto, los socialistas apoyaban la explotación mixta mientras que los radicales antipersonalistas y los conservadores se oponían al proyecto.
Sin embargo, el acuerdo no se concretó una vez más por trabas en la legislatura nacional, además los opositores tildaron a Yrigoyen de bolchevique.
Fue en la primera mitad del siglo XX quien mediante publicaciones impresas y filmes quizás más tempranamente difundió entre la población la conciencia de una soberanía argentina en la Antártida.
[143] y para Miguel Ángel Scenna por primera vez en la historia argentina un gobierno “de facto” disolvió el Congreso Nacional.