Jockey Club (Buenos Aires)

En 2016, contaba con 7600 socios, todos hombres, miembros de la élite que conforman la aristocracia argentina.

El interior de la residencia presenta una muy especial distribución, sobre todo por la necesidad de adecuar los espacios al desnivel producido por la pronunciada pendiente de la calle Cerrito Ingreso principal Al dirigirse hacia la izquierda se encuentran el guardarropa y los ascensores que facilitan el acceso a los pisos superiores.

A través de amplias puertas se llega a un gran hall de recepción, que se comunica con el comedor y con diversos salones, entre ellos los denominados Belgrano y Dorado, que cuentan con servicio de bar y pueden ser utilizados por los socios para ofrecer recepciones privadas.

Muy cerca de estas dependencias encontramos el Salón Congrève, acogedor ámbito que, con su adyacente patio cubierto, de estilo romano, también puede ser utilizado por los socios para ofrecer comidas o recepciones privadas.

A partir de 1880 la República Argentina acometió su definitiva organización como nación bajo la guía del lema paz y administración, que caracterizó la primera presidencia del General Julio Argentino Roca (1880-1886).

Mucho era lo que había por hacer en el ámbito administrativo oficial, pero también mucho lo que podía y debía hacerse en la esfera privada, tanto desde el punto de vista social como cultural.

En su moblaje y adorno tuvo mucho que ver Carlos Pellegrini, quien se ocupó personalmente del arreglo definitivo de la casa hasta en sus mínimos detalles, contando para ello con la colaboración de Miguel Cané, que desde París, donde cumplía funciones como ministro argentino, remitió los lujosos cortinados, las espesas alfombras, las panoplias, las arañas de finísimo cristal e incluso los faroles para el frente del edificio.

Sucesivas reformas, llevadas a cabo en 1909 y en 1921, permitieron adaptar los salones a los cambios producidos en las modas y en el gusto, a la vez que, con asesoramiento especializado, se formó una valiosa colección artística, en la que se destacaban pinturas firmadas por Louis-Michel Van Loo, Goya, Bouguereau, Corot, Monet, Sorolla, Anglada Camarasa, Fantin-Latour, Carrière y Favretto.

Junto a las de los artistas extranjeros también lucían numerosas telas de maestros argentinos como Sívori, Gramajo Gutiérrez, Bermúdez, Quinquela Martín, López Naguil, Fader, Cordiviola y Aquiles Badi, formando el conjunto una verdadera galería de arte, que algunos socios del Jockey Club no vacilaban en considerar como "nuestro pequeño museo".

Pistas de entrenamiento, boxes y un hospital veterinario completaron con el tiempo las instalaciones a las que rodean magníficos parques.

[cita requerida]Premios estímulo a la creación artística y literaria fueron también otras formas -no menos importantes- de proyección del Jockey Club hacia la comunidad.Entonces llegó un nuevo gobierno peronista que, una vez en el poder, implementaría las reformas estructurales propugnadas por el consenso de Washington.

El nuevo peronismo menemista adoptó un modelo que Maristella Svampa[3]​ llama “modernización excluyente”, con clases medias altas auto segregadas en urbanizaciones privadas, y la multiplicación de villas miserias.

De todas maneras será necesario profundizar el análisis en etapas posteriores.

Casi la totalidad de su patrimonio artístico se perdió debido al incendio.

[5]​ En 1966 se adquirió el edificio de la avenida Alvear 1345, una de las mansiones más suntuosas de entre las construidas en Buenos Aires a fines del siglo XIX, cuyo frente, para mayor significación, se abre sobre la Plaza Carlos Pellegrini en la que se erige el monumento a Pellegrini, el preclaro fundador del Jockey Club.

En fin: el Jockey Club volvió a adquirir el antiguo y tradicional esplendor que lo había caracterizado desde sus años iniciales, instalado en uno de los recodos más distinguidos de Buenos Aires.

Enrique Acebal, Juan Acebal, Pedro Acebal, Torcuato de Alvear, Mariano Morales, Guillermo Anderson, Bernabé Artayeta Castex, Germán G. Balcarce, Eudoro Balsa, Pablo Belisle, Tomás Bell, Otto Bemberg, Mariano Benítez, Agustín Bibolian, Francisco Bosch Santiago Bret, Federico Bridger, J. Brown (h), Antonino Cambaceres, Luis María Campos, Manuel J. Campos, Juan Cano, Roberto Cano, Diego Cartby, Alberto Casares, Emilio Casares, Sebastián Casares, Vicente Casares, Eduardo Casey, Guillermo Casey, Lorenzo Casey, Santiago Casey, Esteban Castaing, Pedro Chapar, Diego Church, Carlos A. Davis, Carlos Diehl, Tomás Duggan, J. Dowling, Ricardo Eastman, Exequiel de Elía, Francisco Fernández, Juan Nepomuceno Fernández, Ricardo Donato Fernández Torres, Eugenio Gahan, Santiago B. Gahan, Tomás A. Gahan, Gregorio Gallegos, Diego Galup, Lorenzo Garrahan, Baldomero Gayan, Remigio González Moreno, Manuel J. Güiraldes, Patricio Ham, Guillermo Kemmis, Anacarsis Lanús (h), Santiago Lawrie, Nicolás Lowe, Pedro Luro, Rufino Luro, Santiago Luro, Ernesto Madero, Francisco Bernabé Madero, Juan Malcolm, Mariano F. Marenco Bengolea, Bartolomé Martín, Julián Martínez, Manuel Mattos, Tulio Méndez, Juan Ángel Molina, Eduardo Murphy, Santiago Murphy, J. W. Nash, Emilio Nougier, Alberto Ortiz Basualdo, Manuel Ortiz Basualdo, José Pacheco, Carlos Pellegrini, Juan Adan Pradère, Leonardo Pereyra Iraola, Héctor Quesada, Norberto Quirno Pizarro, Eliseo Ramírez, Ezequiel Ramos Mexía, Ataliva Roca, Carlos P. Rodríguez, Victoriano Rodríguez, Próspero Rouais, Ignacio Sánchez, Augusto Schang, Pedro Seré, Alejandro Shaw, Juan Shaw, Guillermo H. Taylor, Remigio Tomé, Pío Trelles, Carlos Urioste, Aristóbulo del Valle, Nicandro Villar, Narciso Vivot Farrán y Agustín Zemborain.

Sociabilidad, estilos de vida e identidades, Colección Historia y Política dirigida por Juan Carlos Torre, Siglo XXI Iberoamericana, Buenos Aires, 2008, ISBN 978-987-1013-65-4 (445 pág) 2.

* [1] Losada, Leandro, "La alta sociedad y la política en Buenos Aires del novecientos: la sociabilidad distinguida durante el orden conservador", en Entrepasados, año XVI, núm.

Carlos Pellegrini, primer presidente del Jockey Club.
El edificio inaugurado en 1897.
Biblioteca del edificio de la calle Florida.
El Hipódromo de Palermo durante el esplendor de la "Bella Epoque".
Antigua casa de la familia Unzué, antes de ser reformada.
Actual sede social, sobre la Plaza Carlos Pellegrini. Fue adquirida en 1958, y expandida en 1966 y 1981.
El Eclectisimo de la "Bella Epoque" que mezcla el estilo Frances Inglés e Italiano, se refleja en su interior.