Levantamiento carapintada de 1990
El gobierno democrático fue presionado para limitar las revelaciones y las eventuales responsabilidades sobre los crímenes cometidos.En ese contexto aparecieron los carapintadas, un movimiento militar nacionalista de derecha y católico dispuesto a sublevarse contra las autoridades democráticas para restablecer el "honor militar" denunciando al Nuevo orden mundial.El teniente coronel Aldo Rico realizó un primer levantamiento en la Semana Santa de 1987, en el que las Fuerzas Armadas mostraron públicamente que no estaban dispuestas a ponerse bajo las órdenes del presidente Alfonsín, dejando completamente indefenso al gobierno.[4] Un tercer levantamiento se produjo en diciembre de 1988, liderado por el coronel Mohamed Alí Seineldín, cuestionando el orden jerárquico constitucional.Cinco meses después, la Unión Cívica Radical perdía las elecciones presidenciales en medio de una crisis de hiperinflación y el presidente Alfonsín se vio obligado a renunciar a su cargo.[5] El presidente Menem decretó el estado de sitio y ordenó a las Fuerzas Armadas, encabezadas por el titular del Ejército, teniente general Martín Félix Bonnet, reprimir la rebelión y recuperar los objetivos tomados.[3] Durante el juicio Seineldín aceptó su responsabilidad y realizó un alegato en el que justificó sus acciones como un intento de oponerse al «nuevo orden mundial» que estaba imponiendo el «imperialismo estadounidense», considerando al presidente Menem como su servidor en Argentina.En 2003, el presidente Eduardo Duhalde indultó a los condenados, siendo entonces liberados los que aún permanecían en la cárcel.