Nunca más (libro)

El informe generó numerosas reacciones entre los organismos de derechos humanos, los partidos políticos y las Fuerzas Armadas.

[5]​ Luego de la derrota en la guerra de las Malvinas, la crisis política se profundizó, la dictadura militar ya no pudo recuperarse y se fueron generando las condiciones para un nuevo escenario político, en el que distintas organizaciones sociales y la Multipartidaria ―el espacio que reunía a la Unión Cívica Radical, el Partido Justicialista, el Intransigente, el Demócrata Cristiano y el Movimiento de Integración y Desarrollo―  retomaron, aunque con distintos matices, la búsqueda de los desaparecidos.

En ese mismo documento, la dictadura militar también descalificaba  las denuncias por las desapariciones, daba por muertos a los desaparecidos y dejaba al criterio de Dios el juicio final sobre su accionar en esos años.

Esta mirada sobre el pasado argentino asumió carácter jurídico con la ley 22.924, titulada «ley de Pacificación Nacional» y conocida como ley de autoamnistía, en la que se instaba a que el pasado «nunca más vuelva a repetirse» y en la que se pretendía justificar el conjunto de  crímenes cometidos en virtud del decreto que, en febrero del año 1975, habían firmado Isabel Perón e Ítalo Luder para avalar el Operativo Independencia, y en el que se instruía al Ejército a «aniquilar el accionar del enemigo subversivo».

Este rechazo crecía, y tomaba fuerza ―incluso entre los diversos partidos políticos y el propio partido radical― la idea que habían impulsado los organismos de Derechos Humanos: crear una comisión parlamentaria que juzgara los crímenes cometidos por la dictadura militar.

Si bien varios organismos  rechazaron originalmente la idea, muchos  familiares y testigos de  las desapariciones confiaron su testimonio a la comisión.

Como se ha dicho, la investigación se materializó en el libro Nunca Más, cuya información resultó sumamente valiosa para llevar a cabo, año después, la entrega del Informe y el Juicio a las Juntas.

En esta reedición, la línea argumentativa del prólogo se modificó y consistió en argumentar que la violencia estatal y la utilizada por las organizaciones populares no eran simétricas y, por lo tanto, tampoco igualmente repudiables, a tal punto que el lema Nunca más, si bien suponía un legítimo reclamo por el cese del uso de la violencia política, no podía significar asimismo un repudio por las consignas políticas que portaron muchos militantes durante los años setenta, nucleados en dichas organizaciones.

[7]​ En 2006, al cumplirse el 30.º aniversario del golpe de Estado que dio comienzo a la última última dictadura militar, el gobierno de Néstor Kirchner realizó una reedición y actualización del libro.

[8]​ Asimismo, se agregó una nueva introducción sin reemplazar a la anterior, por las críticas al prólogo original que supuestamente sostenía la teoría de los dos demonios.

[9]​ El cambio fue impulsado por Mario Sabato, quien afirmó que se trata de un documento histórico y debe ser conservado en su forma original.

Tampoco hubo ninguna comunicación institucional que se refiriera al tema.

Según algunos escritores e intelectuales, el nuevo prólogo intenta reeditar la teoría de los dos demonios.

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Ernesto Sabato entrega informe final a Raúl Alfonsín