En la tradición oral también existen canciones populares y cuentos tradicionales rusos que empezaron a recogerse por escrito en el siglo XIX cuando Aleksandr Afanásiev los compiló en ocho volúmenes.
En ellos encontramos los siguientes subgrupos: Es difícil clasificar estas obras bajo un único género -muchas crónicas no son homogéneas, ya que contienen partes pertenecientes a todos los géneros anteriormente mencionados- narraciones históricas, leyendas históricas, extractos de tratados de intención propagandística e incluso piezas hagiográficas.
Los avances del laicismo renacentista en el siglo XV provocan turbulentos conflictos religiosos y políticos que generaron una amplia literatura polémica en prosa (obras por Nil Sorski - también llamado Nil del Río Sora - e Iósif Vólotski (Iósif de Volokolamsk) y sus respectivos adeptos.
En el siglo XIX la palabra domostrói pasó a denotar en ruso todo lo que había de atrasado y anticuado en la vida familiar.
Durante el siglo XVII tuvo lugar un acontecimiento trascendental para la historia y cultura de Rusia: un cisma en la Iglesia Ortodoxa rusa.
En este periodo la obra literaria más importante es la autobiografía del viejo creyente Avvakum, excomulgado por el sínodo de Moscú y condenado a morir en la hoguera en Pustozersk.
La sublevación liberó a los cosacos de Zaporozhia del dominio polaco que prefirieron aliarse con el Zarato ruso.
Denís Fonvizin (1745-1792) es un brillante comediógrafo que además obtuvo importantes éxitos y reposiciones, ganando en su misma época una gran popularidad.
(O vremia), El engañador (Obmánschik), Un seducido (Obolschonny), Chamán de Siberia (Shamán Sibirski) y algunas piezas más.
Otros escritores notables son Serguéi Aksákov, Aleksandr Herzen, Nikolái Chernyshevski, el satirista Kozmá Prutkov (un pseudónimo colectivo), Dmitri Písarev, Alekséi Písemski, Gleb Uspenski, Konstantín Staniukóvich, Vsévolod Garshin, Fiódor Reshétnikov.
Las corrientes literarias más conocidas de este periodo son el Simbolismo ruso - representado por el Simbolismo místico tradicional y el Simbolismo joven - es decir, obras de Innokienti Ánnienski, Vladímir Soloviov (1853–1900), Vasili Rózanov (1856–1919), Dmitri Merezhkovski (1866–1941) y Zinaida Guippius, Konstantín Balmont (1867–1942), Valeri Briúsov (1873–1924), Fiódor Sologub (1863–1927), Andréi Bely (1880–1934) y Aleksandr Blok (1880–1921), Viacheslav Ivánov, y poetas análogos por su espíritu a los simbolistas – Maksimilián Voloshin, Mijaíl Kuzmín; Futurismo ruso (David Burliuk, Velimir Jlébnikov, Alekséi Kruchiónyj, primer Vladímir Mayakovski, Vasili Kamenski, Ígor Severianin (Ígor Lótarev), primer Nikolái Aséiev, primer Borís Pasternak); Acmeísmo (primera Anna Ajmátova, Nikolái Gumiliov, primer Ósip Mandelshtam, Serguéi Gorodetski, Gueorgui Ivánov, Irina Odóyevtseva).
Hay numerosos poetas que no pueden ser atribuidos a alguna corriente literaria distinta, por ejemplo, Vladislav Jodasévich, o Marina Tsvetáyeva.
Tradicionalmente los filósofos de la Edad de Plata son Nikolái Berdiáyev, Serguéi Bulgákov, Borís Vysheslávtsev, Semión Frank, Nikolái Lossky, Fiódor Stepún, Piotr Struve, Iván Ilyín, Lev Karsavin, Pável Florenski, Lev Shestov, Serguéi Trubetskói y Yevgueni Trubetskói, Vladímir Ern, Alekséi Lósev, Gustav Shpet, Dmitri Merezhkovski y Vasili Rózanov.
Quienes por el contrario optaron por quedarse en Rusia para compartir el destino del país y sus compatriotas llegaron al apogeo de su libertad creativa; pero pasó poco tiempo para que sus convicciones y esperanzas en el futuro del país entraran en colisión con la realidad de la vida ordinaria y muchos fueron ejecutados o asesinados lentamente por la terrible falta de casi todo que hubo durante la Guerra Civil Rusa, no pudiendo publicar nada o sufriendo intimidación para ser condenados a un silencio total.
Los escritores que no apoyan la revolución de forma incondicional son eliminados, arrinconados, emigrados, marginados o ninguneados.
Hay que notar la figura titánica del poeta y dramaturgo Vladímir Mayakovski, quien puso su talento al servicio de la Revolución.
La novela histórica fue desarrollada por Vasili Yan, Alekséi Nóvikov-Pribói, Serguéi Serguéiev-Tsenski, Anatoli Stepánov, Yuri Tyniánov, Viacheslav Shishkov, María Márich.
En este período volvió a la literatura rusa el hombre corriente como personaje literario: héroes modestos y de carácter contradictorio.
En cuanto a la literatura infantil y juvenil está representada por las obras de Ágnia Bartó, Vitali Gúbarev, Nikolái Nósov, Lev Davýdychev, Borís Zajoder, Anatoli Rybakov, Valeri Medvédev o Yevgueni Veltístov.
Estos poetas utilizaron a menudo lo grotesco como medio para criticar la vida contemporánea, aunque a veces su poesía está marcada por un lirismo trágico sin precedentes, así como por el psicologismo y la identificación total con los héroes de sus versos (soldados de la Gran Guerra Patria, artistas, gamberros (Vysotski)).
• Neovanguardía – neofuturismo (Vladímir Kazakov, Víctor Sosnora, Guennadi Aiguí) y Grupo de Lianózovo (neo-OBERIU) (Oleg Grigóriev, Ígor Jolin, Vsévolod Nekrásov), que abrieron un camino hacia el conceptualismo, continuando su búsqueda creativa.
Sus mordaces cuartetas satíricas hicieron de él persona non grata en la URSS y tuvo que emigrar a Israel.
Mauvism es una mezcla interesante con partes cuasi-documentales, visiones, ensueños con el movimiento libre a través del tiempo en todas las direcciones.
Esas obras se elevan sobre la lectura de pasatiempo, analizando la naturaleza humana extemporánea, planteando cuestiones filosóficas y examinando diferentes modelos sociales.
Entre otros escritores y poetas que escaparon del régimen bolchevique fueron Dmitri Merezhkovski y su esposa, la poeta Zinaída Guippius, Borís Záitsev, Mijaíl Osorguín, Alekséi Rémizov, Gueorgui Ivánov, Konstantín Balmont, Nadezhda Teffi (Nadezhda Lojvítskaya), Vladislav Jodasévich, Irina Odóyevtseva, Ígor Severianin (Ígor Lotariov), Sasha Chorny (Aleksandr Glikberg), Nina Berbérova, Arkadi Avérchenko, Mark Aldánov, Nikolái Otsup, Elizaveta Kuzminá-Karaváyeva (Madre María), Viacheslav Ivánov, Gueorgui Adamóvich, Piotr Krasnov, y muchos otros.
Durante esta época el telón de acero desapareció por completo, y los autores emigrados regresaron a Rusia.
• Poetas y cantautores de rock ruso: los más conocidos son Aleksandr Bashlachov, Boris Grebenshchikov, Yuri Shevchuk, Víktor Tsoi, Yanka Diáguileva.
En los últimos tiempos la comunidad de Internet se desarrolló rápidamente en Rusia, y apareció un fenómeno nuevo, la literatura interactiva (‘Seteratura’) - La prosa post-modernista predomina durante el periodo.
El post-realismo está representado por las obras de Ludmila Ulítskaya, Dina Rúbina, Olga Slávnikova, Serguéi Dovlátov, Vladímir Makanin, Liudmila Petrushévskaia, Fridrich Gorenshtein, Alekséi Slapovski, Galina Scherbakova, Efraim Sevela, Aleksandr Kabakóv.
La ciencia ficción filosófica y social florece también, representada por las obras de Arkadi y Borís Strugatski, Aleksandr Grómov, Oleg Dívov, Henry Lion Oldie, Yelena Jaietskaia, Viacheslav Rybakov, Vladímir Mijáilov, Yevgueni Lukín, Sviatoslav Lóguinov, Eduard Guevorkián, Borís Shtern, Serguéi Siniakin, Jolm van Zaichik, Vladímir Jlúmov, Dmitri Býkov, Andréi Stoliarov, Aleksandr Yetóiev, Leonid Kagánov.