Junto a este materialismo, influyeron poderosamente en Zola los principios incluidos en La Médecine expérimentale (1869) de Claude Bernard.
En Portugal, la gran figura del naturalismo fue Eça de Queiroz, pero también tuvieron su importancia Júlio Lourenço Pinto y Abel Botelho.
En Italia, el naturalismo se denominó verismo y tiene su principal autor en Giovanni Verga (1840-1922), cuya obra maestra es la novela Los Malavoglia (Los Malasangre).
En España, participaron en este movimiento autores comprometidos con posturas cercanas al Krausismo o la derecha, como Galdós (La desheredada), Clarín, Emilia Pardo Bazán y Vicente Blasco Ibáñez.
En América, vinculado al llamado indigenismo, representan el Naturalismo los puertorriqueños Matías González García y Manuel Zeno Gandía (La charca, 1894), el chileno Augusto d'Halmar y la peruana Clorinda Matto de Turner, quien alcanzó un gran éxito con su novela Aves sin nido.
Otra figura destacada del Naturalismo peruano fue Mercedes Cabello de Carbonera, cuya novela Blanca Sol fue muy controvertida.
El argentino Eugenio Cambaceres tiene importancia por destacar la decadencia de las clases privilegiadas con novelas como Música sentimental y Sin rumbo.
En México, destacaron Federico Gamboa con su célebre novela Santa; Ángel del Campo, que usó el pseudónimo de "Micrós", y Vicente Riva Palacio.
En Venezuela, el naturalismo o realismo fue practicado por Rómulo Gallegos en muchas de sus novelas (Canaima...) y cuentos.