Su entusiasmo por el teatro neoclásico le indujo a traducir varias tragedias francesas para los escenarios rusos.
No conforme con la traducción del poema Lenore de Gottfried August Bürger, Katenin realizó su propia versión de la balada, cuyo título rusificado como Olga (1816).
En este poema intentó transmitir nacionalidad con el uso en la dicción y en el detalle de un realismo agresivo.
Las baladas tempranas de Katenin tuvieron una apreciable influencia en la baladas rusas de Pushkin, quien tenía a Katenin en alta estima y era casi el único que hacía justicia a su poesía.
En su obra tardía Katenin es excesivamente arcaico, por lo que rompe finalmente con el usto de la época.