Era tan pobre que su hija Irina hubo de ir al orfanato donde, dadas las condiciones famélicas, murió.
Marina escribió al jefe del NKVD, Beria, pidiendo información y defendiendo a su marido, tras una desgraciada misión oficial.
Cuando comenzó la Gran Guerra Patria, con la ocupación nazi, Tsvetáyeva fue evacuada a Yelábuga, Tartaristán, donde finalmente se suicidó en 1941.
"Nabókov rectificó sus prejuicios sobre la difícil Tsvietáyeva ('leerla solamente causa estupor y dolor de cabeza'), pero se negó a encabezar su rehabilitación, que no ha llegado del todo hasta hace unos días cuando se ha publicado en Rusia su obra completa", según escribió Enrique Vila-Matas.
[4] La obra poética de Tsvetáyeva ha sido traducida al español por la eslavista Selma Ancira, mexicana residente en Barcelona.
Por ejemplo la gran compositora soviética Sofiya Gubaidúlina le dedicó obras como Stunde der Seele (en español: Hora del alma, 1976), para mezzosoprano y orquesta de vientos; y Homenaje a Marina Tsvetáyeva (1982), suite en cinco movimientos para coro a cappella.