Un ejemplo de panegírico en esta última acepción sería la alabanza al Imperio romano hecha por Arístides:
Solamente hay una excepción que es cuando el homenaje se tributa a una persona fallecida.
Todo lo dicho vale pero siempre dentro de una contención verbal y gestual.
En este tipo de discurso, el orador debe quedar siempre en un segundo plano salvo que haya sido parte del tema y cuando lo utilice como recuerdo personal para ensalzarlo.
Las misas en ruso reciben la denominación de panegida, teniendo esta palabra el mismo origen.