Las almas muertas (del ruso: Мёртвые души - Miórtvyia dushi) es una obra escrita por Nikolái Gógol y publicada en 1842.
Los siervos eran para la mayoría de los propósitos considerados propiedad del terrateniente, y podrían ser comprados, vendidos o hipotecados en contra, como un bien.
En sus estudios de Gógol, Andréi Bely, Dmitri Sviatopolk-Mirski (D. S. Mirsky), Vladímir Nabókov, y otros críticos modernistas rechazan la opinión generalizada de Las almas muertas como una obra reformista o satírica.
Por ejemplo, Nabókov considera la trama como algo sin importancia de un gran escritor cuyas obras bordeaban lo irracional y cuya prosa de estilo combinaba un poder descriptivo magnífico con un desprecio por los clichés novelescos.
Tuvo una segunda edición en 1930, tras la cual no se volvió a publicar hasta pasados quince años, cuando apareció la traducción de Demetrio Baümer (Jackson, 1943).
A ésta siguieron las de Alexis Marcoff (Iberia, 1944), Ramón Sangenís (Fama, 1955), Irene Tchernova (Aguilar, 1959, varias reed.
Partiendo de las haciendas circundantes, se las arregla para adquirir unas 400 almas, y vuelve a la ciudad para registrar legalmente las transacciones.
Sin embargo, el enloquecido Nozdriov y una vieja codiciosa Koróbochka complicarán la situación.