La ciudad pudo invitar y despedir a varios príncipes durante los dos siglos siguientes, pero el cargo principesco nunca fue abolido y los príncipes poderosos, como Alejandro Nevski, pudieron hacer valer su voluntad en la ciudad independientemente de lo que dijeran los novgorodianos.
[2] Los arzobispos eran elegidos por el veche o por sorteo, y después de su elección, eran enviados al metropolitano para su consagración.
La composición exacta del veche también es incierta: algunos historiadores, como Vasili Kliuchevski, afirman que era de naturaleza democrática, mientras que estudiosos posteriores, como los marxistas Valentín Yanin y Aleksandr Joróshev, la ven como una «democracia falsa» controlada por la elite gobernante.
El comerciante de Nóvgorod Sadkó se convirtió en un héroe popular del folclore ruso.
Durante las Guerras sueco-novgorodenses, los suecos invadieron tierras donde antes parte de la población había pagado tributo a Novgorod.
Los caballeros alemanes, junto con los señores feudales daneses y suecos, lanzaron una serie de ataques descoordinados en 1240-1242.
Finalmente, Iván III anexó por la fuerza la ciudad al Gran Ducado de Moscú en 1478.
Diferentes pueblos, bálticos, carelios y eslavos, se asentaron en la región de Nóvgorod.
Las tribus úgricas, que habitaban el norte los Urales, debieron pagar tributo a Nóvgorod.
[19] Un tratado celebrado en 1265 entre Iaroslav Iaroslavitch y Novgorod menciona el «Volost de Tre» (волость Тре), que se encuentra citado hasta 1471 en las actas.
Esta agresión provocó el cese de las relaciones comerciales entre Nóvgorod y los varegos, que sólo se reanudaron tras un acuerdo en 1191 o 1192.[20].
Torzhok cayó el 5 de marzo sin haber recibido ayuda y los mongoles tomaron entonces dirección a Novgorod pero dieron media vuelta al llegar cerca del lago Ilmen, en un lugar llamado la Cruz de Ignacio.
Este grupo de boyardos fue llamado el partido lituano y estaba dirigido por Marfa Borétskaya, viuda del posádnik (alcalde) Isaac Boretski.
[25] Con el tiempo, todas las regiones costeras al oeste del río Piálitsa habían llegado a ser colonizadas, creando un territorio con una población mayoritariamente rusa.
[31] Los ejecutivos (al menos nominales) de Nóvgorod eran siempre los príncipes, invitados por los novgorodianos de los estados vecinos, aunque se cree que su poder se desvaneció en el siglo XIII y comienzos del siglo XIV.
El arzobispo no era nombrado, sino elegido por los novgorodianos, y aprobado por el obispo metropolitano de Rusia.
Los posádniks, týsiatskis, e incluso los obispos y arzobispos de Nóvgorod[35] eran a menudo elegidos, o al menos aprobados por el veche.
Desde mediados del siglo XII, los suecos fueron invadiendo las tierras finesas en las cuales algunas poblaciones debían pagar tributo a Nóvgorod.
Nóvgorod fue a la guerra con los suecos en veintiséis ocasiones y con los Hermanos Livonios de la Espada, once.
Los productos del campo, como pieles, cera de abejas, miel, pescado, manteca de cerdo, lino y lúpulo, se vendían en el mercado y se exportaban a otras ciudades rusas o al extranjero.
Estos vastos estados servían como recursos materiales, que aseguraban la supremacía política de los boyardos.
Sus economías domésticas estaban atendidas en su mayor parte por esclavos (kholopy), cuyo número había ido disminuyendo constantemente.
Junto con el metayage, los pagos monetarios también adquirieron una importancia significativa en la segunda mitad del siglo XV.
Sin embargo, hasta finales del siglo XVI, los campesinos podían abandonar sus tierras en las semanas anteriores y posteriores al día de San Jorge en otoño.
No está claro hasta qué punto se basaron en la "lucha de clases".
Este alto nivel de producción artística se debía a la floreciente economía.
[46] Aun así solo una pequeña cantidad de estos, producidos a lo largo del siglo XII al XIV, han sido encontrados para su preservación.
[47] Los artistas de Novgorod, y su público, favorecían a aquellos santos que brindaban principalmente seguridad económica.
Tanto el profeta Elías como San Nicolás ofrecían protección de los incendios, los cuales eran un problema habitual en la ciudad.
Pero al principio del siglo XIV otro icono se volvió prominente en la ciudad: la Virgen de la Merced.