Mientras se encontraba en prisión, en espera de la sentencia, apareció en una revista literaria un relato suyo.
En 1943, recibió una nueva condena, esta vez de diez años, al aplicársele el artículo 58 del Código Penal soviético, por haber declarado que el escritor Iván Bunin era un autor ruso clásico.
En 1946, cuando había sido desahuciado y se daba por cierta su muerte, le salvó la vida un médico recluso, A.I.
Pantyujov, quien arriesgó su vida para conseguirle un puesto como ayudante en el hospital del campo.
En 1952, envió sus poemas a Borís Pasternak, que elogió la obra de Shalámov.
Su salud, sin embargo, había quedado afectada por su prolongada estancia en los campos y recibió una pensión de invalidez.
Trabó relación con intelectuales como Aleksandr Solzhenitsyn, Borís Pasternak y Nadezhda Mandelstam.
La edición completa en ruso apareció en Londres en 1978, y desde entonces fue reimpresa varias veces tanto en ruso como traducida (al francés en París, 1980-1982, y al inglés en Nueva York, 1981-1982).
[4] Los Relatos de Kolimá han tenido varias adaptaciones televisivas.
En 1988 Tom Roberts dirigió para la televisión The Death Train, basándose en relatos y testimonios de escritores conocedores del gulag y las purgas políticas, como el polaco Gustaw Herling-Grudziński o el ruso Vasili Grossman.
Pero en 1972 Shalámov se retractó de sus Relatos, sin duda por presiones del régimen soviético.