[13] Ya entrando en nuestra era, y bajo el dominio del Imperio Romano, se inició una época de decadencia científica.Como pagana, partidaria del racionalismo científico griego y personaje político influyente, Hypatia estaba en una situación muy peligrosa en una ciudad que era cada vez más cristiana.[22] O la danesa Sophia Brahe (Dinamarca, 1556 − 1643) coautora del catálogo donde se detallaba la posición de los planetas y el mapa estelar, que sirvió a Johannes Kepler para enunciar sus leyes astronómicas.[28] Pero también es de esta época Elena Cornaro Piscopia (1646-1684) filósofa, música y matemática veneciana[29] que en el año 1678 se convirtió en la primera mujer en recibir un doctorado en una universidad.[31] Pero si hay una rama de la ciencia en la que las mujeres matemáticas siempre tuvieron mucho peso, desde la antigüedad, esa es la Astronomía.[39] O a la veneciana Cristina Roccati (1732-1797), que se graduó en la Universidad de Bolonia en Filosofía Natural (Ciencia), donde también había estudiado literatura, lógica, metafísica, moral, meteorología y astronomía.Pero si hay unas científicas que brillaron especialmente en la Italia del momento fueron Laura Bassi (1711 - 1778) y María Gaetana Agnesi (1718-1799), dos grandes figuras enciclopédicas.Maria Winkelmann (1670-1720) descubrió el cometa de 1702, aunque no se le dio su nombre ni recibió reconocimiento por ello.Los científicos tomaron conciencia de su lugar en la sociedad como clase profesional, reclamaron puestos remunerados en la enseñanza y en la industria.Todas estas estudiosas, claramente por delante del tiempo que les tocó vivir, se atrevieron a expresar en público comentarios críticos sobre el papel que se le otorgaba a las mujeres en una obra tan valorada y respetada como «El origen del hombre».Como le escribió Charles Lyell a su futura esposa, Mary Horner, en 1831: «Si nuestra amiga la señora Somerville se hubiera casado con Laplace, o con otro matemático, nunca habríamos oído de su trabajo.A medida que la ciencia se hacía más compleja, especializada y profesionalizada, iba siendo tema de estudio reconocido en las universidades donde, por lo general, las mujeres no tenían acceso.Posteriormente se crearon otras asociaciones científicas como la British Association for the Advancement of Science, en la que a partir de 1840 las mujeres participaron activamente.Realizaban un trabajo tedioso y mecánico que, sin embargo ayudó a sentar las bases de la astro-física moderna.Sus diferencias con Pickering pronto fueron insalvables y Antonia Maury abandonó definitivamente el observatorio en 1896 para dedicarse a la enseñanza.Mostró capacidades innatas para las matemáticas desde niña, pero la época que le tocó vivir –la Rusia de los zares- no se lo facilitó.[50] En la última década del siglo XIX avances muy importantes habían revolucionado las matemáticas, la física, la astronomía y otras ciencias.Esta lucha, que ya se había iniciado en algunas universidades a mediados del siglo anterior, levantó un frente común contra tal osadía.Y cuando ya tenía consolidada su posición profesional en la Universidad de Gotinga, tuvo que huir del país por su origen judía.[76] Y ya nacidas en el siglo XX, Rózsa Péter (1905-1977) matemática húngara conocida por sus trabajos en teoría de funcioens recursivas.financió un proyecto experimental: la primera computadora digital totalmente electrónica, el ENIAC, que vería la luz a mediados de 1948.[85] Estas seis mujeres programadoras de la máquina ENIAC fueron: Betty Snyder Holberton (1917-2001), Kathleen Antonelli (1921-2006), Marlyn Wescoff Meltzer (1922 – 2008), Frances Bilas Spence (1922-2012), Ruth Lichterman Teitelbaum (1924-1986) y Jean Jennings Bartik (1924--2011).aprovecharon el mejor personal que tenían en la NACA, donde las mujeres copaban casi todos los puestos de calculistas, para abordar, ya transformada en NASA, esa competición.[100] O Fanya Montalvo (1947), que emigró con su familia a los Estados Unidos, donde completó su formación y desarrolló su vida profesional.[102] La matemática letona Daina Taimina (1954) es reconocida fundamentalmente por crear objetos de ganchillo para visualizar el espacio hiperbólico.[106] Entre ellas podemos mencionar a Carmen Martínez Sancho (1901-1995) primera mujer española en lograr un doctorado en Matemáticas y una cátedra de instituto en esa misma disciplina.[115] En el último cuarto del siglo XX en España, la vida de las hijas no se parecía en nada a la que habían vivido sus madres.[119] En un informe del National Research Council de las National Academies de los Estados Unidos sobre las matemáticas en el siglo XXI -informe que se recoge en el libro The Mathematical Sciences in the 21st Century (2012)[120] que fue realizado por un comité para las matemáticas en 2025- se indica que las ciencias matemáticas se están convirtiendo en una componente esencial en muchas áreas de investigación como: biología, medicina, ciencias sociales, negocios, diseño avanzado, clima, finanzas, materiales avanzados, y muchas más.[130] La estadounidense Danica McKellar (1975) es actriz desde niña, cuando logró fama por su papel en la serie «Aquellos maravillosos años», pero además se graduó en matemáticas en la Universidad de California.[132] Y todavía comenzando su carrera profesional, pero ya con una importante proyección internacional se pueden destacar por ejemplo a Jezabel Curbelo Hernández (1987).