[1] Contar es un procedimiento aritmético concreto, y su aprendizaje representa una de las habilidades numéricas más tempranas en el desarrollo infantil.
En niños, su adquisición es progresiva, y se basa en la apropiación práctica de ciertos conocimientos denominados "principios".
Los niños asignan un número a cada objeto desde los dos años, sin embargo, cuando no dominan esta habilidad pueden equivocarse, por ejemplo, dejando sin contar algún objeto o, por el contrario, contando otros varias veces.
Según este principio, el conteo puede ser aplicado a cualquier clase de objetos reales e imaginarios.
Estos principios deberían fomentarse en la etapa infantil, puesto que son la base imprescindible para entender las operaciones matemáticas y el valor posicional de las cifras.
En una etapa posterior, si en el sujeto se presentasen dificultades en la adquisición del conteo o la numeración.