La construcción de esta máquina nunca se llegó a completar, Babbage tenía conflictos con el ingeniero superior, Joseph Clement, y en última instancia, el gobierno británico retiró el financiamiento para su proyecto.
En 1843, esa descripción fue traducida al inglés y anotada de forma extensa por Augusta Ada King, Condesa de Lovelace (hija del poeta Lord Byron), quien ya se había interesado en la máquina unos años antes.
Inicialmente en 1838 fue concebido como la máquina diferencial curvada sobre sí misma, en una disposición generalmente circular, con la memoria larga que salía de un lado.
Era posible realizar bucles y condicionales de manera que el lenguaje propuesto habría sido Turing-completo.
El problema era debido a que los engranajes en esa época aún no aguantaban mucho esfuerzo y con el calor se deformaban.
El proveedor de Babbage no podía hacer nada para evitarlo por lo cual mantenían largas discusiones.
La máquina analítica fue prácticamente olvidada salvo por tres inventores: Percy Ludgate, Leonardo Torres Quevedo y Vannevar Bush que independientemente propusieron, a principios del siglo XX, diseños de máquinas analíticas basados en la de Babbage.
La máquina de Aiken fue financiada por IBM y fue llamada el Harvard Mark I.
En comparación, Harvard Mark I podría realizar la misma función en tan solo seis segundos.