Fibra sintética

[1]​ Las fibras artificiales no son sintéticas, pues estas proceden de materiales naturales, básicamente celulosa.

Estas fibras se obtienen por policondensación de diamidas y diácidos.

Se desarrollaron en el Reino Unido en 1941 por la compañía ICI (Imperial Chemical Industries).

[5]​ Son fibras resistentes, de tintura difícil y propensas al frisado; se suelen mezclar con lana para conseguir tejidos muy duraderos y de fácil cuidado, pues no necesitan planchado.

[6]​ Se conoce por diversos nombres: «Terylene» (en el Reino Unido), «Tergal» (en Francia), «Terlenka» (en los Países Bajos y España), «Trevira» (en Alemania), «Dacron» (en Estados Unidos, de DuPont Corporation) y «Terital» (en Italia).

Empezó a desarrollarse en 2001, con el nombre «Ingeo», por la compañía NatureWorks (subsidiaria de Cargill).

Tiene propiedades similares al rayón lyocell, se mezcla bien con fibra de algodón, pero es muy sensible a las altas temperaturas.

Esta fibra puede mezclarse con cualquier otra (natural, artificial o sintética), proporciona suavidad, comodidad por su elasticidad y resistencia a las arrugas.

Su mayor aplicación está en el sector agrícola como tejido de sombra para umbráculos, para acolchado con geotextiles, como césped artificial, redes...

La microfibra se compone —como mínimo—, de dos materiales distintos: el nailon o poliamida, que le confiere estructura, y el PET.

Se obtienen por electrohilado (en inglés electrospinning) de diversos polímeros, sintéticos y naturales; teóricamente, un polímero capaz de solubilizarse o fundirse puede convertirse en nanofibra por electrohilado.

Fibra de nailon aumentada 40X.
Estructura de nailon 6 y nailon 6-6.
Carretes de «Dacron».
Prenda de poliéster e instrucciones de lavado.
Fibra acrílica aumentada 40X.
Tejido de fibra de carbono.
Principio de fabricación de microfibra. 1 - estructura de nailon; 2 - relleno de poliéster tipo PET.