[2] Las primeras fibras artificiales trataban de imitar al gusano de seda que fabrica un filamento continuo, finísimo, elástico y resistente.
Las fibras artificiales se clasifican en tres grupos de acuerdo con la materia prima de la que se obtienen: celulósicas, proteínicas y algínicas.
Estas fibras reciben el nombre genérico de rayón, pues «seda artificial» ha caído en desuso.
En primer lugar, se disuelve la celulosa en diversos productos químicos.
Su uso es escaso aunque se esperaba que pudieran sustituir a la lana.