Otra denominación usada para este movimiento por algunos historiadores como Ricardo García Villoslada es el de «revolución protestante».
Entre los precursores de la Reforma protestante estaban personas como Pedro Valdo, John Wycliffe o Jan Hus.
[3] El protestantismo ha llegado a constituir la segunda gran rama del cristianismo, con un grupo de fieles que actualmente supera los 900 millones.
Como fuese, las autoridades políticas estaban cada vez más interesadas en restringir el rol público de la Iglesia y en consecuencia desencadenaron tensión.
[8][9][10][11][12] Tras la desaparición del arrianismo, un doctrina cristológica condenada como herejía en concilios ecuménicos, en el siglo VII, ninguna gran disputa amenazó la unidad teológica de la Iglesia occidental.
Si bien el Parlamento de Inglaterra aprobó una ley contra herejes, las comunidades lolardas lograron sobrevivir a tales purgas.
Hus dio populares sermones contra la riqueza y poderes temporales del clero, razón por la cual fue convocado al Concilio de Constancia.
Pero el grupo más importante en Alemania era la alta nobleza; los grandes nobles de los pequeños estados alemanes eran casi independientes, señores de numerosas tierras y vasallos campesinos, y siempre estaban conspirando contra la autoridad del emperador germánico, que apenas tenía poder sobre ellos.
Esta institución se remonta al cristianismo antiguo, y tanto su práctica como su formulación han evolucionado a lo largo del tiempo.
En algunos lugares hasta se iniciaron asaltos a edificios y propiedades de la misma Iglesia católica.
Durante estos años, Carlos V no pudo intervenir en Alemania, pues debió proseguir sus guerras contra Francia y sus campañas contra los turcos, pero en 1529 consiguió un periodo de paz con Francia que le permitió ocuparse de la situación religiosa en Alemania.
Los católicos seguirían pronto su ejemplo, redactando también su compendio doctrinal, de modo que la cristiandad occidental se había dividido irremediablemente.
[26] Lutero muere en 1546 mientras Carlos V preparaba en Alemania una campaña contra la liga de Esmalcalda, defensora del protestantismo.
Parecía que el triunfo de Carlos V era total y toda Sajonia fue ocupada por las tropas del emperador germánico.
Todos estos nobles van a formar posteriormente en secreto una alianza contra Carlos V anulando las ventajas conseguidas por la victoria de Mühlberg.
Varios papas se sucedieron en Roma en ese lapso y cuando dicho concilio finalizó, en 1562, ya había muerto Carlos V.
El concilio se desarrolló sin la participación de los adherentes al emergente protestantismo (aunque fue Lutero quien primero propuso la necesidad de un concilio, en 1518), debido a que ellos mismos se negaron a participar, pues ya habían creado nuevas iglesias separadas del catolicismo.
Uno de los primeros fue Ulrico Zuinglio o Zwinglio, quien, junto a su amigo Leo Jud, tradujo la Biblia al dialecto suizo del alemán tres años antes que el mismo Lutero, la llamada Biblia de Zúrich, cuya versión completa se imprimió en 1531.
Al final el mismo Lutero criticó a Zwinglio y se alegró públicamente de su muerte en un combate contra los suizos católicos.
Calvino también pensaba que no debían existir ni sacerdotes ni obispos y que los jefes religiosos debían ser pastores elegidos por la congregación; pero la teoría religiosa más importante que Calvino predicó, producto de su libre examen e interpretación de la Biblia, es la predestinación: según esta teoría el hombre por sí mismo no puede hacer nada para alcanzar la salvación, ni por la fe ni por las obras, sino que antes de nacer Dios ya ha elegido a un hombre para la condenación o la salvación, y el hombre no puede hacer nada para cambiar este designio divino.
Calvino empezó a exponer sus ideas en París, pero como Francia era católica tuvo que huir del Reino y refugiarse en el extranjero.
Calvino ha aprendido la lección y ha comprendido que no puede manifestar abiertamente su deseo de controlar políticamente la ciudad; sin embargo, no renuncia a hacerse con el poder de Ginebra, que para él era indispensable para fundar su nueva Iglesia.
Cuando ya Calvino está a punto de controlar el gobierno se produce la ejecución en la hoguera del español Miguel Servet.
Miguel Servet era un humanista español típico de la época del Renacimiento; sentía curiosidad por todas las materias, desde la ciencia a la medicina, pasando por la filosofía y la religión.
Servet desarrolló así sus propias ideas religiosas y llegó a creer que Jesucristo no había sido hijo de Dios y sólo tenía naturaleza humana, no divina; con esto volvía a adoptar una postura de los primeros siglos del cristianismo, que la Iglesia católica había condenado como herética en el siglo IV y que todos los protestantes rechazaban también con escándalo.
Allí Calvino comenzó a acumular un profundo odio hacia aquel humanista y médico español, al que consideraba un peligroso hereje.
Pero Servet seguía con sus inquietudes religiosas y decidió divulgar sus doctrinas acerca de Jesucristo en un libro que hizo imprimir clandestinamente en una imprenta secreta.
En la Hungría Real el catolicismo se mantuvo con gran fortaleza y, si bien los predicadores protestantes eran comunes, la influencia del rey Habsburgo no permitía su predominancia.
Sin embargo, rara vez los turcos se entrometieron en las disputas religiosas entre las dos facciones, conformándose con que los cristianos pagasen el tributo al sultán.
Bajo esta coacción, solo algunos protestantes se convirtieron al catolicismo; otros practicaban sus creencias en secreto como criptoprotestantes, los llamados despectivamente nicodemitas; otros huyeron del país a tierras protestantes, como Ginebra (así, por ejemplo, los antepasados de Jean-Jacques Rousseau), Países Bajos, Gran Bretaña o los estados de Alemania.