La circulación pulmonar o circulación menor es la que transporta la sangre no oxigenada desde el ventrículo derecho hacia la arteria pulmonar y la distribuye en los vasos capilares de los alvéolos pulmonares.
Desde el ventrículo derecho, la sangre atraviesa la válvula semilunar y llega a la arteria pulmonar que se divide en ramas cada vez más pequeñas hasta alcanzar los alveolos pulmonares, donde la sangre se oxigena.
En la circulación mayor o sistémica, la sangre ya oxigenada es bombeada desde la aurícula izquierda, al ventrículo izquierdo que la impulsa a través de la arteria aorta hacia todo el cuerpo.
Luego de oxigenar todos los órganos y tejidos, regresa a la aurícula derecha del corazón a través de la vena cava inferior y la vena cava superior, completando el circuito sistémico y dando de nuevo inicio a la circulación pulmonar.
[4] Entre un 10 y un 25% de la población adulta presenta un foramen oval permeable con potencial comunicación entre las dos aurículas.