Reino de Hungría

El Reino de Hungría (en húngaro: Magyar Királyság; en latín: Regnum Hungariae; en alemán: Königreich Ungarn; en eslovaco: Uhorské kráľovstvo; en rumano: Regatul Ungariei; en croata y serbio, Kraljevina Ugarska o Краљевина Угарска) fue un reino que existió en Europa Central desde el año 1000 hasta 1919, con una interrupción de cinco meses entre ese año y 1920 durante la cual existió la República Soviética Húngara.Surgió en la actual Hungría occidental y se extendió, en su cénit, por el resto de la actual Hungría, Transilvania (hoy Rumania), Eslovaquia, Cárpato-Ucrania, Croacia (después Croacia-Eslavonia)[1]​[2]​[3]​ y Voivodina (hoy Serbia).El luego canonizado san Esteban inició reformas radicales para convertir el país en un estado feudal occidental, fortaleciendo la autoridad central, y en un reino cristiano apoyando a la Iglesia católica con la cristianización forzosa.En un primer momento las guerras civiles, los levantamientos paganos y los continuos intentos del Sacro Imperio Romano por expandirse en la zona, fragmentaron la autoridad de la nueva monarquía.Resistió los ataques de tribus bárbaras de Oriente, como los cumanos y pechenegos, que fueron repelidos por los reyes Salomón, Geza I y san Ladislao I (r. 1077-1095), que finalmente logró estabilizar el reino.Su llegada contribuyó al desarrollo de Esztergom, Székesfehérvár y muchos otros asentamientos.En su territorio se alternaron arquitecturas románica, gótica (y luego renacentista), así como obras literarias latinas, católicas, ortodoxas e incluso islámicas o no cristianas.Posteriormente la debilidad de Bizancio ante los turcos hizo que, concentrado en su propia defensa contra los ejércitos otomanos, ese imperio perdiera interés en Hungría.Su victoria en Belgrado en 1456 estabilizó la frontera sur del reino durante casi cincuenta años.Bajo su reinado, Hungría se convirtió en la primera nación europea en adoptar el estilo renacentista italiano.Tras una serie de derrotas austriacas, contra Cerdeña en 1859 y Prusia e Italia en 1866 (guerra austro-prusiana), una comitiva de nobles húngaros se reunieron con el emperador Francisco José reclamando una mayor participación en los asuntos de Estado, surgiendo así, el Compromiso austrohúngaro, y dando paso a la formación del Imperio austrohúngaro (un Estado federal dual), declarado en 1867, del que Francisco José I fue el emperador.El absolutismo ilustrado terminó en Hungría bajo el sucesor de Leopoldo, Francisco II (gobernó entre 1792 y 1835), que desarrolló una aversión casi anormal al cambio, lo que llevó a Hungría a décadas de estancamiento político.En 1795, la policía húngara arrestó a Ignác Martinovics y a varios de los principales pensadores del país por planear una revolución de tipo jacobino para instalar un sistema político radicalmente democrático e igualitario en Hungría.Los magnates, que también temían que la afluencia de ideas revolucionarias pudiera precipitar un levantamiento popular, se convirtieron en un instrumento de la corona y aprovecharon la oportunidad para agobiar aún más a los campesinos.Esto se demostró especialmente en el estatus del Reino de Hungría, cuyos asuntos siguieron siendo administrados por sus propias instituciones (Rey y Dieta) como lo habían sido bajo la monarquía compuesta, en la que siempre se había considerado un Reino separado.Se desbrozaron nuevas tierras y los rendimientos aumentaron al mejorar los métodos de cultivo.A medida que aumentaban las expectativas, bienes como el lino y la plata, antes considerados lujos, se convirtieron en necesidades.Szechenyi pedía una revolución económica y argumentaba que sólo los magnates eran capaces de llevar a cabo las reformas.Inspiró proyectos como la construcción del puente colgante que unía Buda y Pest.
Europa en el año 1190, se aprecia el Reino hacia la derecha.
Esteban I de Hungría
Mapa etnográfico de Hungría en 1910.
Costumes of inhabitants of the Kingdom of Hungary in 1855: ethnic Romanian, Hungarian (Magyar), Slovak and German peasants