Se le conoce también como Francisco III Esteban, duque de Lorena.
Luis XV de Francia le exigió a Francisco que entregara el ducado de Lorena como compensación a su suegro, Estanislao I, que había sido depuesto.
Su actuación política fue de poca importancia, ya que la dirección del gobierno y la política del Imperio estaban principalmente a cargo de su esposa María Teresa I.
Cabría quizá resaltar el interés que mostró en temas económicos.
La relación entre ambos siempre fue espléndida y se profesaron un profundo amor conyugal.
Al morir, María Teresa fue enterrada junto a él, en un enorme sarcófago donde sus restos reposan.