Este documento concedió a los duques Ascanios de Sajonia-Wittenberg el privilegio electoral, es decir, tendrían voto en la Dieta Imperial para elegir a los nuevos emperadores.
No obstante, sus sucesores se fueron acercando en el siglo XVII al partido católico y, por lo tanto, a Austria.
A principios del siglo XVIII, el Electorado había recuperado la prosperidad, y el elector Federico Augusto I rivalizó con Brandeburgo en el dominio de Alemania.
Sajonia volvió a recuperarse con Federico Augusto III; el ejército pasó de 18 000 a 30 000 soldados, y en general participó de la política prusiana.
Se vio obligado a entrar en la Cuarta Coalición antifrancesa durante la Revolución francesa, pero tras la derrota en la batalla de Jena (1806) contra Napoleón, concertó la paz con Francia y le fue otorgado el título real por el emperador, formándose el Reino de Sajonia.