Edicto de Fontainebleau

En la Alsacia, recientemente conquistada por Francia no se aplicó, permitiéndose el culto no católico, aunque se entregó a la Iglesia católica la catedral de Estrasburgo.

Oficializó una persecución que había comenzado en agosto de 1681 en Aunis, Poitou y Saintonge con la Dragonada,[2]​ nombre por el que se conoció la política represiva lanzada por el rey con la intención de obligar a los hugonotes a convertirse al catolicismo.

El 29 de octubre, Federico Guillermo I de Brandeburgo, aprobó el Edicto de Potsdam acogiendo a los expulsados.

[3]​ La aplicación del edicto provocó en Francia sublevaciones, como la de los Camisardos (1702-1715).

Fue derogado en 1787 por Luis XVI de Francia, mediante la aprobación del Edicto de Versalles.

Edicto de Fontainebleau