Francia en la Edad Moderna

Había también enclaves extranjeros, como el Comtat Venaissin, Aviñón, Mandaure, el Principado de Orange y Salm-Salm.

Ciertas provincias y ciudades habían ganado privilegios especiales (como tipos impositivos menores en la gabela, el impuesto de la sal).

Con vistas a salvaguardar su campaña en Italia, Carlos VIII hizo tratados de paz con sus vecinos: Étaples (1492) con Inglaterra, Barcelona (1493) con Aragón, y Senlis (1493) con los Habsburgo sobre Borgoña.

Los reyes de Inglaterra continuarán reclamando el trono francés hasta el inicio del Siglo XIX.

Allí Francisco se vio obligado a aceptar grandes concesiones sobre sus territorios italianos en el Tratado de Madrid (1526).

Pero cuyo gobierno generó una oposición que desembocó en la Conjura de Amboise para secuestrar al rey.

La tensión entre católicos y hugonotes seguía latente, la revuelta calvinista en los Países Bajos el inicio de la guerra de los Ochenta Años produjeron el temor, en los hugonotes, que los españoles podrían ayudar a la reina madre para acabar con el protestantismo.

Coligny pasó a ganarse el favor del rey Carlos IX, en detrimento de su madre.

La reina madre convenció al rey Carlos IX para eliminar a los cabecillas hugonotes.

Pero el duque Enrique de Guisa se opuso a la misma y logró constituir la Liga Católica.

El rey designó a su madre para que viajara por el reino para afianzar la paz definitiva, para lo cual se estableció el Tratado de Nérac, que otorgaba a los hugonotes durante seis meses, catorce plazas de seguridad, pero pasado ese tiempo se negaron a reintegrarlas y comenzó la séptima guerra (1579-1580), finalizada en la Paz de Fleix.

Por su parte la Liga Católica proclamó al cardenal Carlos de Borbón como rey y prosiguieron la guerra con la ayuda española.

Ante esta situación, Enrique IV hizo pública conversión al catolicismo, lo que aceleró su reconocimiento como rey.

En 1617 el rey asumió el poder y entre 1620-1629 procedió contra los hugonotes, liderados por el duque Enrique de Rohan.

Fruto de estos conflictos expandió enormemente el territorio: Alsacia, Metz, Toul, Verdún, Rosellón, Artois, Flandes francés, Cambrai, Franco Condado, Sarre y Henao.

En la guerra de los Siete Años (1756-1763), Francia perdió su imperio colonial en la India y América, aunque retuvo Saint-Domingue.

Ante la catastrófica situación económica se plantearon reformas financieras que atacaban los privilegios señoriales, como el establecimiento de la igualdad fiscal.

[13]​[14]​ Estos cambios demográficos también dieron lugar a un aumento masivo de la población urbana, aunque en conjunto, Francia seguía siendo un país profundamente rural.

Desde entonces, ningún periodo ha sido tan proporcionalmente mortal para los franceses, incluidas las dos guerras mundiales.

La producción de seda —introducido en Tours en 1470 y Lyon en 1536— creó un mercado pujante, pero los productos franceses tuvieron una calidad inferior a los italianos.

En Lyon, además, tenían residencia las grandes firmas de banqueros, como los Médici y Fugger.

Bajo los reinados de Francisco I y Enrique II, la balanza comercial con España e Inglaterra estaba a favor de Francia; con los Países Bajos estaba aproximadamente en equilibrio, mientras que con respecto a Italia estaba en déficit.

Debido a que la política exterior francesa estuvo enfocada durante la primera mitad del siglo XVI en la situación italiana en las guerras italianas, Francia llegó tardíamente a la exploración y la colonización de América.

Esto condujo a un menor poder adquisitivo y la disminución de la actividad manufacturera.

Esto inició la filosofía del mercantilismo, que fue continuada por el Cardenal Richelieu, el cual, para frenar las importaciones, impulsó la colonización de la Nueva Francia.

Para alentar a las empresas, como la Compañía francesa de las Indias Orientales —fundada en 1664— Colbert garantizó privilegios especiales en el comercio como en Levante, Senegal o Guinea, para importar café, algodón, piel, pimienta y azúcar, pero ninguno de estas empresas llegaron al éxito.

Durante el gobierno del cardenal Fleury se estabilizó la moneda, revalorizando la libra y asegurando el crédito.

En las últimas décadas del siglo XVIII, las industrias francesas se continuaron desarrollando con la introducción de la mecanización, la creación de fábricas, fusiones y monopolios, pero este crecimiento se vio obstaculizado por la competencia con Inglaterra en textiles y algodón.

Por otro lado, la especulación comercial francesa continuó desarrollándose, tanto a nivel nacional como internacional.

La Revolución puso fin al desarrollo industrial francés, dejando a Francia muy por detrás de Gran Bretaña durante el siguiente medio siglo.

Expansión territorial francesa 1552-1798.
Francia en 1477, a comienzos de la Edad Moderna.
Francisco I por Jean Clouet
Masacre de la noche de San Bartolomé.
Luis XIV por Claude Lefèbvre.