La crisis económica del reino, así como la débil gestión de los siguientes reyes Vladislao II de Hungría y su hijo Luis II, fueron llevando al Estado al abismo, lo que realmente se agravó con el fortalecimiento del Imperio otomano.En respuesta a la negativa del pago de impuestos, Solimán movilizó sus fuerzas militares desde Constantinopla hacia Hungría para someter al reino y posteriormente continuar hacia el Sacro Imperio Romano Germánico para derrotar a los Habsburgo.Ante esto, Luis II reunió a un numeroso ejército, pero que no se equiparaba con el del Sultán, y en vez de esperar los últimos refuerzos de Croacia y Transilvania, avanzó hacia el sur desde Buda.Habiendo pedido asistencia a Solimán contra los Habsburgo, las tropas turcas se sintieron con más derecho de avanzar hacia Viena por territorios cristianos.Los húngaros escogieron el terreno de batalla, una planicie abierta que terminaba en el Danubio con algunas zonas pantanosas.El papel que desarrolla el Gran Visir del Imperio Otomano, Pargalı İbrahim Paşa, es fundamental para el plan de ataque y éxito tanto estratégico como en batalla para eliminar al enemigo.
Muerte del rey
Luis II de Hungría
tras la batalla de Mohács (1526). Obra de Bertalan Székely.