[3] La expedición se topó con un mal tiempo constante, debiendo detenerse varias veces y recalar en Lampedusa antes de llegar a Túnez.
[2] Bazán atracó la flota en secreto cerca de las Querquenes, y ordenó al capitán Diego Pimentel, hijo del duque Juan Alonso Pimentel de Herrera, que bloquease el paso entre las islas y la costa con seis galeras y otras tantas falúas.
[4] El día 27 la flota estuvo frente a las islas, y avistando las torres y fortificaciones construidas por los tunecinos, llevaron a cabo un desembarco anfibio contra ellos con ayuda de la artillería.
[5] Poco después asaltaron el bastión que los turcos mantenían en la isla occidental, para lo que se valieron de un prisionero moro a quien entregaron la libertad a cambio de descubrirles el lugar.
[1] La medida pronto se saldó con un enorme éxito en su propia incursión a Túnez el año siguiente, en la que una flota corsaria fue destruida en el puerto de La Goleta, tras lo que sus efectivos se unieron fortuitamente a los de Bazán para arrasar juntos Bizerta.