Bombardeo de Constantinopla

Este ataque se dio durante las guerras habsburgo-otomanas poco después de la batalla naval del cabo Celidonia, la cual enfrentó a la marina española contra la marina otomana, esta última sufriendo considerables bajas debido a los superiores galeones europeos y la exitosa estrategia del capitán de navío toledano Francisco de Rivera.

[2]​ Tras consultarlo en consejo, los españoles esperaron a que cayera la noche, y en cuanto estuvieron al amparo de la oscuridad, embistieron una de las dos alas de galeras que constituían el bloqueo, causando tal confusión al atravesarlas que muchas naves turcas no atinaron a atacarles al no distinguir dónde estaban.

La jugada salió de manera que los turcos pusieron rumbo hacia Candía cuando la flota española en realidad había partido en dirección a Alejandría.

[4]​ Aprovechando su presencia allí, Aragón saqueó la costa de Egipto, y al toparse con diez caramuzales pesados provenientes de Turquía, los atacó sin dejarles aprovechar su superioridad, capturándolos a todos.

[5]​ El bombardeo no produjo grandes daños, pero su resonancia política y estrategia política fue enorme: las flotas del Duque de Osuna no sólo se atrevían a todo, sino que además eran capaces de coronar sus obras.