Diviš Bořek ocultó a la caballería en un valle cercano y avanzó con sus propios carros de guerra hacia el enemigo.
Los soldados de la coalición simularon un gran desconcierto, el Wagenburg dejó der compacto y empezó una retirada desordenada.
Los comandantes Jan Čapek de Sány y Ondrej Kersky se dieron a la fuga con sus hombres hacia Kolín.
Esto les valió que fueran acusados de traición, pero salvaron a parte del ejército.
Durante el Renacimiento nacional checo, la epopeya husita se convirtió en el símbolo de la resistencia (democrática) contra el poder imperial alemán.